Dones únicos, una ciudad que salvar, siete chicos adolescentes. Esta historia se basa en un grupo de jóvenes en busca de salvar su sueño de ser lo que siempre han deseado: superhéroes. Lo ven cómo una fantasía de los comics, o películas. Nacieron co...
Ambos chicos se encontraban nerviosos, ya que esto podía salir mal. Namjoon era positivo, Jungkook en parte también. Todo dependía de su trabajo.
— Cúbrete Kook, romperé el vidrio. Toma a Taehyung y Jimin, tú saldrás primero, iré atrás tuyo.
El menor asintió, tomando los dos cuerpos, acomodándolos en sus hombros, como saco de papas. El pelinegro rompió el vidrio con su don, de un disparo explosivo verde. El cristal colapsó y se escuchó el estruendo, a lo que Jeon reaccionó y se posicionó en el borde de la ventana, poniendo un pie en la pared y luego el otro, dándose cuenta que estaban en los pisos más altos, oyendo la voz de Nam decirle que no mire abajo. Suspiró y avanzó lo más rápido que pudo ya que tenía a Joon detrás suyo, los dos oían como intentaban forcejear la puerta, apurando su propio paso hasta llegar al techo del edificio. Tomaron un descanso, escondiéndose en medio de todo el techo, para no ser fáciles de ver.
— ¿Ahora, cuál es el siguiente plan?
— Irás saltando de edificio en edificio hasta llegar al departamento de Hoseok, la llave se encuentra bajo el tapete. Yo tendré que ingeniármelas. - argumentó, esperando a que JungKook se moviese.
— No puedo dejarte solo, Nam. Tienes los cuerpos de Seok y Hoseok, ellos generan peso de más. Me los llevaré también.
— ¿Estás loco?, ¿Cómo cargarás a 4 personas?
— Si puedo cargar dos costales de papas, ¿por qué no 4?, si no pudiera, no te lo propondría. - sonrió el chico araña, haciendo suspirar al moreno.
— Recuerda que llevas la vida de tus amigos, Kook. Confío en ti. - el castañito sonrió aún más y sintió el peso de dos personas más en sus brazos, sacando un pujido. No bastó escuchar la voz de su profesor molesto para ir saltando de edificio en edificio, perdiendo a Namjoon de vista.
Este suspiró al sentir una presencia más con él, dispuesto a voltearse.
— No entenderías porqué hacemos esto, joven Kim. Los estamos salvando, créame que llevarnos la contraria no le conviene. - trató de explicar su profesor, chocando ambas miradas.
— ¿Crees que te voy a comprar ese cuento? está claro que tus intenciones con nosotros no son buenas. ¿Dormirnos?, ¿ocultarnos cosas importantes?, ¿dejar que mi amigo muriera?, ¿mentirnos? - el pelinegro estaba molesto.
— Es por el bien de la humanidad, y nuestra institución. Tu amiguito murió porque quiso, no son tan inteligentes que no se dieron cuenta que rompiendo el collar que llevan sus yo villanos, podían devolverlos a su realidad sin necesidad de pelearle. - rio incrédulo, observando como a Nam se le ponía la piel completamente verde, y sus ojos no expresaban felicidad.
— ¿Ustedes lo sabían?, de verdad que está genialísimo así, eh. Sacrificar a un héroe puro y de corazón en la batalla sólo por sus estupideces, quiero ver su sangre recorrer por el suelo un día de estos, es petición. - la voz se le tornaba ronca, entrecortada del coraje. Mostró su verdadera forma: un "ser humano" baboso verde, haciéndose cada vez más grande.
— ¿Qué...?, Dios, esto no estaba en el currículum... - se asustó el profesor al ver el gran desarrollado don de su ex alumno.
— ¿Sorprendido?, mejor vete y déjame ir antes de que yo termine con este puto edificio y tu miserable vida. - Su voz fuerte alarmó a todos los del edificio, teniendo que retirarse de emergencia. -
El ser verde no lo esperó más, se tiró desde el techo del edificio para caer parado como gato en un callejón, empezando a correr hacia la dirección que le indicó a Kook.
[...]
El más pequeño de todos estaba reposando, cansado de llevar a cuatro personas consigo hasta el departamento de Hoseok, quienes no despertaban por completo. Aún respiraban, que era lo importante. De pronto, las alas de Taehyung reaccionaron, por lo que todo su cuerpo también. JungKook lo miró y este voló un tramo para abrazarlo.
— Pensé que nos pasaría algo... - se aferró el peliazul al castañito, haciendo este un abrazo reconfortador. - ¿Cómo hiciste para sacarnos a los 5 de allí?, ¿y Nam, ya despertó?
— Él fue quién despertó primero, ideó todo un plan para sacarnos de allí. Yo sólo cooperé, esa academia no idea nada bueno. Escuché sobre experimentos antes de caer dormido, es más turbio de lo que pensamos. Nam no vuelve aún, pero estoy seguro que llegará. - trató de calmar sus propios nervios, hasta sentir unos bonitos labios contra los suyos, extrañándose un poco, pero correspondiendo.
— Ejem, aún no me lo pidas. Dejemos que todo esto pase, después me lo pides bajo un árbol bonito en un picnic, y yo digo que sí. - sonrió de forma cuadrada, abrazándolo por el cuello.
— Kim Taehyung. - habló de forma seria, asustando al peliazul. - tal vez no son las circunstancia o como tú quieres, sin embargo, no puedo soportarlo más. Te amo, y quiero verme con el permiso de besar esos labios cada que los veo. Prometo que cuando todo esto termine, volveré a pedírtelo. Tae, ¿puedo ser tu novio?
— ¡Claro que sí, Koo!, exclamó feliz, volviendo a unir esos belfos ajenos con los suyos, sintiendo este beso salado. Abrió los ojos el peliazul, dándose de cuenta que Jeon lloraba, por lo que se preocupó. - ¿Q-Qué sucede, Koo? - lo tomó por las mejillas.
— Tae... yo tengo miedo. Miedo de perderte, y no poderte pedir ser el dueño de mi vida de la forma que quieres, que todo termine mal, que los pierda a todos... No quiero perderte, no quiero verte morir, ni que tú me veas morir. Te amo tanto... por favor, nunca me dejes solo, aunque nos estemos desangrando, sea lo que sea, no sueltes mi mano. La idea de no tenerte me hace llorar... - el chico araña se encubrió en el cuello del peliazul, haciendo que este le acaricie los cabellos.
— Koo... nosotros no moriremos. Yo lo sé, nos haremos fuertes y difíciles de vencer, nada podrá contra el equipo. Y no te preocupes, siempre me ha quedado claro que un chico con ojos de bambi me observa con su mirada radiante. - sonrió a lo último, viendo como el pequeño elevaba la cabeza y medio sonreía también, escuchando una voz de fondo.
— Mis hijos ya crecieron. - fingía llorar SeokJin, teniendo a Hoseok y Jimin despiertos igualmente, después de haber presenciado esa escena. -
Los dos tortolos fueron y los abrazaron, asimismo, se percataron que todavía Kim no llegaba.
— ¿Y Joo-...? - la pregunta del pelinaranja fue interrumpida al oírse un estruendo en el fondo, siendo afectada la ventada abierta del departamento. Se logró ver una pequeña bolita verde ocultándose del sol, como teniéndole miedo. Algo en Jin dijo que era Namjoon, por lo que no tuvo miedo en acercarse, esta bolita temblaba.
— Joonie, sé que eres tú, no tengas miedo.. no vamos a juzgarte por cómo te ves realmente, ¿puedes regenerarte? - oyó un quejido de la pequeña bolita, corriendo a la puerta del baño para abrírsela. - métete aquí, está oscuro y podrás estar más tranquilo.
La bolita pareció entender que se metió, y se pudo observar unas lucecitas verdes salir del baño de Hoseok, saliendo de este mismo un Namjoon ya regenerado, pero él tenía manchas verdes por todos lados, ya que no podía volver a generar la apariencia de antes. Se sentía apenado de que todos le vieran así, hasta que los cinco fueron a rodearle con sus brazos y generar un abrazo grupal cálido. El pelinegro sintió algo caliente en su pecho, sus ojos se fijaban en los miembros dándole apoyo incondicional, cosa que le conmovía.
— Dinos, Joonie. ¿Por qué te tardaste tanto? - preguntó Seok, interesándose por su novio.
— Porque los muy hijos de puta son impresionantes en mentir. - respingó algo molesto, en lo que todos se daban cuenta que Seok estaba ruborizado de las mejillas.
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