Capitulo 7

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Xiana .

La alta arcurnia

Dejo que la música de mis audífonos retumbe en mis oídos mientras practico un poco de box en el ring del salón de prácticas de mi casa , golpeó el saco de boxeo repetidas veces y el sudor me baja por la frente y entre los pechos , apenas son las 8 de la mañana, debería de estar practicando natación ya que en pocos días tendré la competencia.

Aveces madrugo y aveces despierto hasta medio día , los short deportivos que uso me quedan un poco flojos pero el top se pega a mi cuerpo y cuando dejo de golpear noto que se me marcan los pezones notablemente. Anoche fue una noche bastante agitada.

Me canso de golpear y me dejo caer en el piso frío del ring con los ojos cerrados , inhalo y exhalo tratando de mantener mi ritmo cardiaco normal , los los flashback de aquel momento en que iba en la moto y me subí encima de ese chico logrando sentírsela en su máximo esplendor me hacen sonreír.

Siento que alguien me quita los audífonos y abro los ojos viendo a Mía parada delante de mi. Siento una felicidad inmensa recorrer mi cuerpo , me levanto y me le voy encima abrazándola.

—Hey estás toda sudada Xiana.—dice risueña y me palmea la espalda mientras la abrazo.—Se que me extrañas pero me vas a pegar tu horrible olor a pollo mojado.

—¿Porque no me dijiste que vendrías nena?—Sigo con el abrazo.—No sabes lo bien que me hace tenerte aquí.

Termino con el abrazo y me quedo parada frente a frente a ella , me lleva unos dos centímetros en estatura y además está usando botines alto y está aún más alta , me deleito con lo hermoso de sus ojos grises.

—Se te ve muy bien tu gorro.—le digo.

—Ando como una prófuga de la justicia , usó este gorro de mi sudadera.—se quita el gorro de la sudadera y debajo hay otro gorro de lana.—Y este gorro debajo porque la quimio me dejo sin cabello.

—No te preocupes guapa de todas formas nena.—tomo sis manos.—Vayamos a mi habitación.

—Si porque te urge un baño.—pone cara de asco.—Le estás pegando duro a esos entrenamientos.

Ambas sonreímos. Salimos del ring y abandonamos el salón de óseo , entramos a la casa luego de caminar un rato y subimos escaleras arribas hacia mi habitación. Mía toma uno de mis libros de mi estante y se sienta en uno de mis sofás que están junto a la ventana.

Me desvisto frente al espejo quedándome solo en ropa interior y Mía me escanea de arriba abajo desde su sitio y sube y baja las cejas con sus pensamientos perversos como siempre.

—¿Oye desde cuando no tienes un buen sexo?—me pregunta ella.—O sea tienes a medio Los Ángeles tras de ti...

—Todos son precoz.—me siento en el sofá a su lado.—Ninguno es capaz de satisfacerme.

Se acerca más a mi como siempre con sus ocurrencias empieza a pasear la punta de sus dedos por mis piernas.

—¿Has pensado en probar con una chica?, ¿porque yo si?

Eso siempre me lo dice.

—Si alguna vez decido experimentar , tu serás mi primera opción.—la beso en la mejilla y me levanto.—Estás bien buena nena.

—Lose.

Me echo a andar al cuarto de baño , me meto a la ducha volviéndome a duchar por segunda vez ya que lo había hecho cuando desperté antes de ponerme a entrenar.

Salgo luego de un rato y encuentro a Mía sentada en el mismo lugar leyéndose el mismo libro.

—Cada día los libros que lees son más cochinos y enfermos Xiana.—me dice ella.—Necesitas ir a la iglesia.

Hijos de la mafia (en revision)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora