Capitulo 68

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Xiana

Metamorfosis

10 de la mañana y aún no he salido de la cama , no tengo ganas de nada en absoluto , me muevo de un lado a otro entre las cobijas y las almohadas mientras abrazo  mi peluche , mis ánimos están por el suelo y lo único que quiero es dormir y dormir hasta más no poder .

Me pregunto si existe algo que nos haga dejar de sentir las cosas que nos duelen .

Agradezco que el padre de Laura se haya quedado con mi teléfono porque así no recibo ningún tipo de mensajes de nadie , me obligo a mi misma a dormir pero es en vano porque por más que lo intento el sueño no me llega.

—¡Xiana!—llaman a mi puerta—¿Puedo pasar?

No respondo  y me cubro con la sábana de pies a cabeza «era margaret» , no quería hablar con nadie , quería estar sola.

No le digo que puede pasar pero estando debajo de la sábana escucho la puerta abrirse, siento el olor a comida que se riega por toda la habitación revolviéndome el estómago .

«Me repugna» , pongo una mueca me destapo la cabeza y veo a Margaret parada frente a la cama con una bandeja con comida en su mano.

—Buenos días—Saluda Margaret.—te traje el desayuno cariño.

Me tapo la nariz y la boca con una mano me levantó rápidamente retirándome la sábana de encima y corro hacia el cuarto  de baño cuando siento que estoy apunto de vomitar.

Me inclino frente al retrete vomitando todo lo que mi papá me había obligado a comerme ayer tarde en la noche casi a las tres de la mañana, arcada tras arcadas y lo dejó salir todo , «me siento horrible».

Después de haber terminado de sacar todo lo que tenía en mi estómago me levantó me paro frente al tocador y veo a través del espejo a Margaret parada en la puerta cruzada de brazos mirándome con extrañeza.

—¿Hace cuanto te estas sintiendo así?—Se acerca y se me para al lado.

—¿Así como?—Apoyo las manos del tocador mirándome al espejo.

—Esas ganas de vomitar repentinamente—me dice mirándome.

Me encogí de hombros.

—Siempre me pasa—le cuento—creo que es debido al desorden alimenticio al que tuve que enfrentarme por 3 años desde los 15.

—Entiendo.—me acaricia la espalda—Ya que estas en el baño aprovecha para darte una ducha—se vuelve hacia la puerta—te voy a dejar el desayuno en tu mesita .

Me miro fijamente en el espejo y doy un respiro profundo , me desvisto y me meto a la ducha, dejó que el agua caiga sobre mi cabeza y siento como todos mis músculos empiezan a relajarse por un instante .

Me enjabono y revivo aquella noche que pase en ese sótano donde las ratas fueron mi única compañía , ese sonido horrible que hacían me acompañó toda la noche y es como si cada que cerrara los ojos las escucho en mis oídos , las ratas son el animal mas asqueroso que existe , desde niña le he tenido pavor a esas cosas y esa noche estuvieron prácticamente encima mío.

No pegue el ojo en toda la noche porque su sonido molesto no me lo permitió y el frío que hacia en ese sótano tampoco ayudó mucho .

Evitó pensar en eso salgo de la ducha después de hora  y media me pongo el albornoz, descuelgo una toalla de uno de los ganchos junto a la puerta y me paro frente al espejo mientras me seco el cabello con la toalla .

Es inevitable no pensar en las últimas palabras que me dijo Laura cuando me dejó en ese sótano congelándome , esas palabras retumban en mi cabeza una y otra vez y cada vez duelen más .

Hijos de la mafia (en revision)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora