Capítulo 3~Primera vez

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En definitiva la lluvia se había detenido, pero el frío comenzaba a ser insoportable

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En definitiva la lluvia se había detenido, pero el frío comenzaba a ser insoportable. La humedad de la tierra y plantas a su alrededor, sus ropas empapadas y el típico frío de la madrugada en un bosque. Los grandes dientes de JungKook comenzaron a castañear y su cuerpo completo a temblar. SeokJin lo miró con preocupación cuando los ojos del menor comenzaron a cerrarse del cansancio.

-No debes dormir, cosita. -Tomó un mechón de su cabello azabache y lo escondió tras una de sus orejas perforadas. -Al menos no hasta dentro de un rato. -Era importante, que alguien que había recibido un golpe en su cabeza, no durmiera hasta pasadas unas horas de la colisión.

-Es el frío. -Murmuró con labios temblorosos. SeokJin sintió sus propios dientes chasquear y tomó la iniciativa que asustó a JungKook cuando abrió sus ojos al escuchar el sonido de ropa siendo removida. -¿Qué haces? -Cuestionó sintiendo el calor cubrir sus mejillas, el mayor sonrió de lado pero no se detuvo.

-Quitarnos la ropa mojada. -JungKook se obligó a mirar a otro lado.

Las emociones que estaba sintiendo lo abrumaban. Si bien era cierto que había visto a más hombres desnudos que mujeres en su vida, nunca su cuerpo lo había traicionado de esa manera. Sus ojos olvidaron el cansancio, estando atentos a cada porción se piel expuesta del mayor. Los brazos de SeokJin eran delgados, pero prietos por músculos. Esos hombros, como deseó poder clavar sus dientes en uno de ellos mientras sus uñas rasguñaban la ancha espalda. El deseo carnal, algo que nunca había estado tan vivido en él, le asustaba.

El pecho pálido no era muy diferente y tampoco le ayudaba a relajarse. Tenía dos botones rosados en unos perfectos pectorales donde ansiaba pasar su lengua. Estaba perdiendo la cabeza por comerse a ese hombre de mil maneras diferentes. La necesidad de solo darle placer a su salvador, a su reciente nuevo Hyung, dejándose él mismo de lado.

Cuando SeokJin se retiró sus pantalones tuvo que obligarse a mirar a otro lado. El fuerte latigazo en su centro, avecinando una elección, le hizo sonrojar. Su cuerpo seguía helado, pero estaba seguro de que su rostro ardía en vergüenza y deseo a partes iguales. Quería tanto sentarse en esos muslos, sentirse apretado el trasero por esas enormes manos hacia la polla, que aún si estaba dormida, hacía un gran bulto en los bóxer.

-¿Estás bien? -El susurro en su oído, con la caricia del aliento y el perfume natural masculino del militar, le hizo suspirar con un gemido agudo y bajo. -Vaya. -Rio levemente aún cerca de su oído. -JungKook. -Le llamó el mayor siendo ignorado. -Kookie. -Agravó su voz cerniéndose más sobre él. El cantante sintió a través de su sudadera el calor de la piel ajena, los labios mullidos del mayor dando una caricia a su oreja. -Cosita, mírame.

-No. -Respondió en un bajo tono de voz. Él que era un supuesto chico rudo y algo devergonzado, ahora era un manojo de nervios y vergüenza.

SeokJin miró el perfil del chico. Esa gran nariz siendo algo que jamás pensó notar atractivo en nadie le encantaba. La fina mandíbula masculina, los tatuajes en su mano, pendientes en labio, ceja y orejas. Tan adverso al típico chico sumiso y afeminado que siempre había tenido debajo de él. Pero JungKook tenía un magnetismo diferente, era un hombre, lo que él quería, siendo masculino, luciendo mucho (incluso más que él) masculino; pero siendo un tierno corderito solo bajo su presencia cercana.

Auxilió mi corazón ~ JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora