Entre omegas

Azul, morado y cadáveres

Wei Wuxian se sentía solo desde hace ya varios años, pero nunca tuvo a quien decirle su sentir.

Han transcurrido casi diez años donde sus padres fueron perseguidos por varias sectas y con ello le dieron fin a sus vidas, dejándolo solo y liderando Yiling sin mucha guía. Fue víctima de varias estafas pero esas personas pagaron con sus vidas el intento de destruirlo. Hace mucho sentido que lo quieran ver arruinado, muchos desean su muerte en silencio. Sobretodo aquellos que estuvieron y fueron vistos por el Patriarca durante la matanza a Wei ChangZe y CangSe SanRen.

Conoce su historia. Sus padres eran cultivadores reconocidos y vivían de la mano con la Secta Yummeng Jiang, sin embargo al querer explorar y conocer más del mundo tomaron la decisión de desertar y erraron por distintos lugares hasta llegar a los tumultos funerarios. Se cuestiona a día de hoy que los impulso a trabajar y dominar estas tierras de energía resentida.

Ellos ocasionaron mucho escándalo cuando se supo lo que hacían y los trataron de sacar de ahí. Está más de decir que algunos murieron y otros quedaron traumados al presenciar la fuerza de los muertos.

No es una secta, no hay nadie a quien enseñar, no hay nadie que quiera sinceramente. Pero es su hogar, vive con algunos cadáveres feroces que andan por ahí haciendo guardia y brinda seguridad al poblado cercano.

Cada que ayudó en algún problema fue recompensado hasta tener una fortuna. Lo cual era tentación a los vándalos y estafadores que decían ir a los tumultos para vivir bajo su cuidado y la noche intentaban huir con su dinero y pertenencias. Algunos de ellos ahora son cadáveres feroces.

Suspira de aburrimiento desde el balcón mientras mira a dos cadáveres chocar entre ellos. En su campo de visión alcanza a ver las residencias que se construyeron para esos visitantes que lo engañaron y para posibles personas que quieran vivir ahí... eso nunca pasó ni pasará.

Antes vivía con sus padres y disfrutaba la compañía. Ellos tres sabían alejar la soledad.

Ahora solo está él.

Tiene que entrenar y meditar, por sus venas fluyen la energía espiritual que lo protege de la contaminación de la resentida. Porta un medallón protector y un Xiao que su madre hizo para que controle la energía resentida.
Su padre está presente en la espada que en su último respiro le entregó, antes de ser alejado y ver como le cortaban la cabeza.

No quiere recordar lo que le hicieron a su madre.

Se resigna y vuelve a suspirar, ahora es un adulto, tiene 25 años y la soledad es lo único que tiene. También las visitas poco frecuentes de los aldeanos que piden su protección, normalmente el va al poblado a surtir su alacena de comida para algunos días y ahí es cuando casi todos los aldeanos se le acercan e imploran ayuda.

Siente que debe dar venganza por sus padres mientras entrena. Quemar esas Sectas que los deshonraron y dejaron huérfano.

Así lo hace. Una noche, donde el agobio e impotencia son más que la calma y meditación, fue a la Secta de Qishan Wen, sabiendo que ahí sería la conferencia anual de cultivación a la mañana siguiente.

Entró y degolló al Líder, quemando todo del lugar hasta los cimientos, dejando únicamente la espada del Líder Wen clavada en el suelo, con su cabeza en el otro extremo a la vista. Sonríe ante el recuerdo y poco de paz que le trajo aquello.

Transcurren algunos días y la gente ya habla, los aldeanos le tiene miedo, pero otros aseguran que él nunca les hará daño. Wei Wuxian Sabe que no lo hará a menos que lo provoquen.

Es un joven Alfa, que no sufre algún síntoma de su casta. Haber crecido manipulando la energía resentida conllevó el sacrificio de su instinto y alma gemela. Es como un Beta en el cuerpo de un Alfa.