Un Dragoncito que encontré por ahí_Parte 1

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Una linda castaña caminaba en el bosque recolectando hierbas cuando de repente se encuentra a un chico rubio muy herido con su capa roja rota y llena de lo que parecía sangre

-oh por Dios!!-se acercó a él para ver si seguía vivo- ¿se encuentra bien? - tomó su muñeca y se tomó el pulso al igual que pegaba su oído al pecho desnudo de este para escuchar su respiración

Narra Ochako

Por lo menos sigue vivo, suspiré de alivio agradecía no ver a una persona muerta estaba desmayado así que no me quedaba de otra que usar mi magia de gravedad cero para llevarlo a mi casa que no se encontraba muy lejos

Tomé mi canasta y avance llevándome a este hombre hasta mi casa para curar sus heridas, cuando llegué le quité la capa y lo puse en mi cama

-bien vamos a empezar con la curación-pensé en voz alta, puse mis manos sobre la herida sin llegar a tocarla y puse un poco y magia de curación

Aunque mi magia de curación no es la mejor podía sanar heridas menores y ayudar a la curación de heridas graves o huesos rotos lograba sanarlos por completo con varias sesiones de magia de curación. Estaba distraída en mis pensamientos hasta que unos quejidos de parte de él me alarmaron

- ¿se encuentra bien? - le pregunté terminando la curación

- ¿quién mierda eres? - gruñó, todavía no podía abrir bien los ojos y ya me estaba gruñendo este que se cree

-soy Uraraka Ochako la chica que te acaba de salvar de que los carroñeros te comieran vivo-me levanté para ir por un vaso de agua y ofrecerle

-no te pedí tu ayuda-volvió a gruñir, él ya se había sentado y tomado el vaso de agua

- ¿tus papás no te enseñaron a agradecer? - en verdad me molestaba este chico, pero mi corazón de pollo no me dejaba correrlo en su estado

-gracias-el parecía solo saber gruñir

-de nada-le sonreí- ¿quieres algo de comida? - me dirigí a la pequeña cocina que tenía en ese espacio reducido que era mi casa

-tengo que irme-se levantó, pero no se pudo mantener de pie

-quédate aquí hasta que te sientas mejor, tu herida era profunda no pude curarla por completo-le dije acercándome a él para ver si la herida no sangraba otra vez, lo acosté de nuevo

-mierda! - puso su brazo en su rostro cubriéndolo

-calma dragoncito, pronto te podrás ir- él se alteró por mis palabras

- ¡¿cómo mierda sabes que soy?¡- le sonreí ante su mirada furiosa

-somos seres sobrenaturales, no podría decir que soy una bruja si no se diferenciar entre un dragón en su forma humana y un humano de verdad-se relajó un poco al saber que era una bruja y soltó un suspiro

-soy Bakugo Katsuki- dijo en un susurro que logré escuchar antes de ir a preparar la comida

- ¿Bakugo? Entonces eres el príncipe de los Dragones ¿no es así? - el asintió volviéndose a sentar, pero con más cuidado en la cama-sabes por lo regular el príncipe es quien encuentra a la princesa dormida en el bosque no al revés- me reí por el gruñido que soltó

- tengo muy poca paciencia cara redonda no juegues conmigo que te puedes quemar-dijo molesto mientras me ponía el mandil

-perdón es que no podía evi.... ¿Me llamaste cara redonda? - me giré curiosa

-tú me dices dragoncito yo puedo llamarte cara redonda- sonreí volteando hacia la cocina

- tienes un buen punto, ¿debo llamarte alteza ahora que se su estatus? - de verdad quería morirme quemada, pero no podía evitarlo al parecer mi lengua tenía mente propia

One shots - KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora