𝗪𝗲𝘀𝘁𝗲𝗿𝗺𝗮𝗿𝗰𝗸 𝗘𝗳𝗳𝗲𝗰𝘁 | ᴿᵒˢᵉ ʸ ᵗᵘ

𝗪𝗲𝘀𝘁𝗲𝗿𝗺𝗮𝗿𝗰𝗸 𝗘𝗳𝗳𝗲𝗰𝘁 - 10

⚠️-Aviso de incesto entre hermanas gemelas biológicas, temas relacionados al suicidio, autolesión, depresión y bullying, tener precaución al leer-⚠️

Pasado

—Ahhhgg~

Con su mano derecha trato de callar los sonoros gemidos que salían de su boca sin su consentimiento. La rubia trataba de mantenerse cuerda y despierta, pero aún así, está no podía mantenerlos abiertos por más de unos segundos. Rosé quería ver de primera mano lo que sucedía frente a ella, pero el inmenso mar de sensaciones y placeres no le permitían ver más allá del movimiento continuo de arriba hacia abajo de aquella cabellera entre sus piernas.

T/n estaba haciendo estragos en su cuerpo, su lengua se movía de manera exquisita por toda su intimidad, chupando y dando suaves mordiscos por toda su empapada vagina, lamiendo -y muy seguramente ingiriendo- todos los fluidos que está producía. Rosé podía sentir como los dedos de T/n la penetraban en ambos agujeros, e ignorando lo bien que se sentía que la menor la penetrara en aquel lugar está se dejó consumir completamente por su orgasmo, cerrando sus ojos con fuerza y dejando que aquel sonoro y pecaminoso gemido saliera con fuerza de sus pulmones, expulsando una gran cantidad de líquido hacia el rostro de T/n, la cual lo aceptó gustosa con la boca abierta.

Su trance lleno de placer había perdurado por casi dos minutos enteros, su respiración agitada hacía que su pecho bajara y subiera erraticamente conforme está respiraba, y, tras otro breve momento en el cual podía sentir la lengua de su gemela limpiando su intimidad Rosé abrió sus ojos, con su mirada algo borrosa clavada en el pecho.

T/n sonrió y se subió a su cuerpo desnudo, poniendo sus rodillas a cada lado de su cintura, Rosé salió de su trance provocado por el placer de su orgasmo para mirar a la chica sobre ella. La azabache tenía una sonrisa socarrona, con sus ojos marrones la miraba fijamente, Rosé admiró cada detalle de su rostro, sintiendo que la menor, en ese momento, era más hermosa que nunca, con su rostro brillante lleno de gotas de sudor y de sus fluidos.

La vista en sí era digna de una jodida obra de arte erótico.

—No sabía que eras una squirter Rossie~ -musitó la menor sonriendo, juntando su cuerpo desnudo con el de ella, sus pechos tocandosen entre si- Me enorgullece saber que fui la primera persona en causarte tal placer, y cuatro veces seguidas~

—Oh, cállate...

Rosé gimió, escondiendo su rostro entre sus manos. T/n se sentó en su abdomen, e inclinándose levemente tomó sus manos, dejando a la vista su rostro.

—Por favor Rossie, mírame -ordenó, Rosé la miró, con duda en su rostro- Eres jodidamente hermosa, y sexy. Y de verdad me alegro mucho de ser la primera persona que te hizo sentir... Así...

Dejando de lado aquel toque narcisista en sus palabras -donde claramente ambas eran así por su similitud física- Rosé se sintió... Algo eufórica. Su corazón estaba desbordando felicidad, y ni que decir de ella misma. A penas y si podía procesar todo lo que había pasado.

Todo lo que alguna vez pensó... Lo había hecho.

Finalmente tras unos cuantos halagos más T/n se recostó a su lado, ahora ambas gemelas miraban al techo de la habitación de la mayor, respirando tranquilamente. Luego, T/n giró su cuerpo hacia Rosé, viendo el perfil de esta, con su rubio cabello cayendo por la sabana blanca.

La borrachera de T/n se había esfumado, dejándola más lúcida que nunca.

—¿En qué piensas? -preguntó T/n, su mano fue a dar hasta el vientre de Rosé dónde está tenía su mano, entrelazandola con la suya.

Rosé la miró, cerrando sus ojos con fuerza.

Soltó un audible suspiro—En ti, en este momento, lo que hicimos... -susurró, sintiendo su corazón latir en la palma de su mano- Y en lo jodida que estoy ahora.

T/n rió suavemente, negando.

—Estamos jodidas Rossie -respondió la azabache- Ambas -esta dijo- Después de todo... Fui yo la que llegó casi inconsciente -recordó, pensando en aquel cuadro que estaba roto- Fui yo la que técnicamente te obligó a bañarme, la que te hizo desnudarme. Fui yo la que inicio todo esto en la bañera. Tú solo fuiste mi cómplice en esto.

Rosé asintió. Dándole un poco de razón.

—Si, pero yo... Bueno, fui la primera en todo -dijo- ¿Que pensará mamá cuando se entere de esto?

T/n alzó sus hombros desentendida, Rosé comenzó a sentirse furiosa ante la naturalidad y despreocupada actitud de la menor.

—Ni mamá, papá o Alice tienen que enterarse de esto Rossie -musitó T/n, sentándose en el colchón, Rosé la miró y sintió como su corazón latía con fuerza nuevamente al ver la escultural y curvilínea figura desnuda de T/n- Nadie tiene que saber... Nuestro pequeño secreto -y, teniendo aquella sonrisa otra vez miró a la mayor- Digamos que... Te has sabido manejar, Rosseane, has ocultado por mucho tiempo el hecho de que tú no me ves como tu simple hermana menor, sabrás ocultar esto también.

Rosé se sintió en pánico, ¿Acaso T/n sabía algo?

Luego, después de pensar en sus palabras se dió una palmada mental. Por supuesto que lo sabía, ella ya sabía sobre el accidente de las bragas, después de todo ese accidente fue lo que comenzó todo esa noche, ¿Cómo no iba a saber sobre lo que realmente sentía después de que, literalmente, se entregó a ella tan fácil y sin rechistar?

Y se entregó cuatro veces, por supuesto, T/n definitivamente sabía. Lo sabía todo.

Rosé dejó de pensar cuando T/n nuevamente se acostó, solo que, a diferencia de antes, la azabache se acostó casi encima de ella, entrelazando sus piernas para juntar sus desnudos y sudorosos cuerpos.

—Mamá y papá no tienen que saber nada de lo que sucedió aquí está noche Rossie, ni lo que sucederá en las próximas horas -dijo, besando su hombro desnudo- Ni lo que pasará en los siguientes días.

Y así, dejando en claro que aquello que había sucedido se iba a repetir, Rosé dejó escapar un suspiro de alivio y preocupación combinados.

Ella aún no tenía en claro por qué T/n había hecho eso, ni tampoco el por qué se había entregado tan fácil al placer cuando juró no hacerlo. Le preocupaba bastante lo que había pasado y las consecuencias que esto traería si alguien más se daba cuenta, o lo que dirían sus padres y su hermana, definitivamente todo se podría ir a la mierda muy fácil.

Pero aún así, con tanta preocupación, Rosé se dejó llevar por el momento. Todo pensamiento se fué de su mente cuando T/n, tomando su manta, la arropó a ella y a si misma, para luego dar un pequeño bostezo y acurrucarse en su lado. Rosé simplemente dejó que aquello pasará, disfrutando de aquel momento con el cual había soñado tantas veces, y por primera vez, está sintió que aquello no era tan malo como había creído.

De hecho, era todo lo contrario.

Y la sonrisa que ambas hermanas se dieron al otro día durante el desayuno familiar lo confirmaba.

Hace más de un mes que no actualizaba esto, ya era justo y necesario.