Eva.
— Cada día que pasa siento más ese vacío — dije mientras Lorena, mi psicóloga, tomaba apuntes de mis palabras — Tipo, todo el mundo me dice que eventualmente pasará pero, no logro construir alrededor de mi tristeza como el resto... Éramos inseparables, uña y carne desde el día uno, no conozco una vida sin ella. — me froté el rostro como si este ademán fuese a llevarse mi frustración junto al pesado suspiro que dejé salir —
Lorena levantó su mirada de su cuadernillo, se escuchó el click del bolígrafo contrayéndose.
— Tienes que darte tiempo de sentir este dolor, Eva. Han pasado apenas dos meses — me miró con un delicado gesto de compasión — No puedes dejar que los comentarios de gente externa condicionen tu progreso. Cada quien tiene su manera de sobrellevar estas cosas —
Me sonrió suavemente, a lo que respondí con los ojos llenos de lágrimas traicioneras. No me gustaba llorar en consulta, bueno, ni en consulta ni sola en mi habitación a solas... llorar para mi es bastante humillante. Sé que no debería, pero simplemente me hace sentir dramática.
— Es que... Ver como mi madre lo ha superado tan rápido me pone de los nervios. — sentí como las lágrimas caían por mi rostro — No entiendo cómo ella puede ser tan fuerte y yo tan débil. Somos la misma materia al final. — a este punto, mi voz se entrecortaba, ya quería que la consulta terminase. Miré el reloj. Solo 5 minutos más. Respiré hondo mientras cogía un pañuelo del escritorio para secarme el rostro —
—Cariño, sentir las cosas no te hace débil, ya hemos tocado este tema antes— se estiró para tomarme de la mano — ¿Has pensado en que tu madre puede estar ocultando su dolor para que tu no la veas desanimada y te sea mas llevadero? — reí y negué con la cabeza—
—Si lo está ocultando, es más por él qué dirán que por mi, créeme. — Sonó la alarma. Al fin —
Tras despedirme de ella, salí del consultorio tan rápido como pude.
No voy al psicólogo voluntariamente, me obligan los médicos para mi completa recuperación del accidente. ¿Puede venir bien? Por supuesto que sí, pero no con Lorena... Se ve que habla desde su experiencia personal en vez de la adquirida universitariamente tras varios años de carrera... Busca mas el consolarme que el darme herramientas para solucionar mis problemas.Al llegar a casa, lo mismo de siempre: mi padre tirado en el sofá dejándose tragar por el mismo y mi madre hundida en el trabajo telemático para no afrontar la ausencia de Nora. Mi intención era pasar recta a mi habitación, ignorando a ambos, pero los planes de mi madre eran diferentes.
—¡Eva!— Llamó — ¿Has pensado más sobre lo que hablamos? — me detuve en medio del pasillo y di media vuelta. —
— ¿Lo de la urna? — asintió — Pues no. Necesito más tiempo para pensarlo. — mi madre dio un largo suspiro, el cual me hizo que me hirviera la sangre — ¡Que si madre, que entiendo que no quieras ver las cenizas de tu hija cada vez que entras en mi habitación, pero es lo que hay! — intentó interrumpirme pero no la dejé — No voy a dejar a mi hermana en un sitio cualquiera solo para que tu te sientas mejor con todo esto! — me di media vuelta y fui rápidamente a la habitación de Nora. Ella me siguió —
— ¿¡Quién coño te crees que eres!? — dijo mientras detenía la puerta que yo había tirado al entrar— ¡No se si se te olvidó, pero soy tu madre! ¡Tu hermana nunca me hubiese faltado el respeto de esa manera! — la miré con odio —
— No te atrevas a hablar de Nora. No tienes ni puta idea — se acercó a mi agresiva y me tomó el rostro con fuerza —
—Tengo más idea de la que crees, Evangeline. — me sacudí de su agarre, al cual me había hecho un par de heridas en el rostro —
— Entonces ¿por qué no vas y tiras tú las cenizas donde te salga del coño? — vi como sus ojos se llenaban de lágrimas — Claro, porque estabas tan ocupada con tu trabajo que se te olvidó pasar tiempo con tus hijas. — se alejó poco a poco de mi— No sabes nada de nosotras madre, y eso es lo que te molesta, que tu hija murió antes de que pudieras conocerla. — se acercó a mi rápidamente y me plantó una cachetada en el rostro. Sentí como un montón de lágrimas comenzaban a bajar por mis mejillas mientras tenia una expresión de indiferencia. Luego de eso, mi madre volvió a trabajar y yo me metí en la habitación de Nora sin decir ni una sola palabra al respecto. —
Sentada en la cama me puse a pensar en lo mucho que habían cambiado las cosas para mal desde que ella no está: todos en casa estamos altamente irritables y distantes. A ver, es entendible... yo iba conduciendo ese día.
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Collioure
Teen FictionEva, tras un accidente de transito, en el que perdió a su hermana melliza, busca la manera de rendirle tributo a su memoria, mientras que ella misma busca solucionar su presente.