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Él era Sirius Orión Black, un heredero o bueno... Mejor digamos un renegado de su familia.
Pero seguía siendo un Black después de todo, incluso después de huir de su casa.
A Sirius le parecía humillante la situación que estaba viviendo en esos momentos.
«¿Cómo fue que terminó pintando las uñas de los pies a Kiara?».
Oh si, fue gracias al trato que James hizo con ella y lo metió a él en todo eso.
─ Pinta bien mis uñas, no quiero que la pintura me manche ─ lo retó Kiara mirándolo.
Sirius ahogó un gruñido.
Odiaba eso, ahora entendía al elfo doméstico de la casa Black.
Cuando Sirius lo volviera a ver nuevamente le pediría perdón por todo lo que le hizo en el pasado.
─ ¿Para qué quieres arreglarte tanto?, Lo mismo estás fea ─ le dijo Sirius.
Kiara frunció su ceño ofendida y molesta con él.
─ Soy bonita, perro pulgoso ─ le dijo la Hufflepuff.
Sirius suspiró.
Otra de las sorpresas que le dió James fue que le dijera que Kiara sabía sobre su secreto de animago.
«¿Cómo lo sabía?». Él no tenía idea.
El Black había quedado realmente sorprendido por eso, le había preguntado a Kiara varias veces como lo supo pero está se negaba a decirle para su desgracia.
─ Bueno, pero dime quién es la pobre alma que saldrá contigo ─ quiso saber el Black.
Sirius esperaba que tal chico desconocido dejará plantada a la hufflepuff por todo lo que le estaba haciendo a él en esos momentos.
Kiara sonrió emocionada.
─ Remus Lupin ─ respondió la rubia.
Sirius cayó de trasero al suelo al escucharla, abrió y cerró sus labios y luego tragó saliva mirándola con asombro.
Kiara por otra parte se burló de su cara.
─ ¿Con Lunático? ─ abrió sus ojos como plato Sirius.
«¿Su amigo saldría a una cita con la serpiente disfrazada de tejón?». Pensó ofendido él gryffindor.
Kiara asintió.
─ Si.
Sirius se levantó del suelo.
─ ¿Cómo es eso posible? ─ preguntó cruzándose de brazos ─ Remus no nos dijo nada ─ murmuró frunciendo su nariz.
Kiara levantó sus cejas.
─ ¿Y por qué tendría que decirles?, es su amigo no su esposo ─ murmuró con diversión la rubia.
