Zombies

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Jon se encontraba en el salón jugando a un videojuego cuando Luz se sentó junto a él en el sillón. Miró a la televisión y observó como su hermano se dedicaba a matar zombies.

— ¿Qué pasa, Luz?

—Nada, ¿por qué?

—Normalmente te sientas a mi lado mientras juego y me cuentas tu vida. Me hablas del trabajo, de lo estresada que estás, de Ainhoa...

—Pues hoy no—Le cortó ella.

—Así que no has arreglado con Ainhoa lo que pasó la otra noche, ¿no?

—Sí lo he hecho.

—No lo creo.

—Le he pedido un tiempo.

Jon le dio a un botón de repente y la miró completamente incrédulo.

— ¡¿Le has pedido un tiempo a Ainhoa?!

—No, le he pedido un tiempo a Pepa la de la mercería—soltó Luz y rodó los ojos.

—No me hace gracia. La quieres. ¿Por qué le has pedido un tiempo?

—Porque sí.

Jon hizo un asentimiento muy lento y volvió a mirar a la tele. Apretó el botón para quitar la pausa y siguió jugando.

—Eso quiere decir—Una sonrisilla diabólica y encantadora al mismo tiempo salió de Jon—... ¿Ainhoa está libre?

— ¡No! Si. No. No lo sé. ¿Por qué?

—Porque es muy atractiva. A mí me gusta mucho. ¿Crees que tengo posibilidades?

— ¡Por supuesto que no vas a salir con mi novia!

—Ex novia.

—Te saca casi quince años. Además, yo quiero volver con ella.

—Entonces, ¿para qué le has pedido un tiempo?

—Porque estoy muy... sobrepasada. Mira lo que le ha pasado a papá, lo que ha pasado con el marido de Ainhoa,...

— ¿Qué pasó al final con lo del marido de Ainhoa? Nadie me cuenta bien las cosas.

—Y yo tampoco lo haré.

—Venga, Luz, por favor—dijo e hizo un puchero y ojitos de corderito degollado mientras seguía matando zombies.

—Si te lo cuento, ¿prometes no contarlo por ahí?

— ¿Por quién me tomas? Secreto de estado, te lo prometo.

—En síntesis, Ainhoa no tuvo un buen matrimonio con Hugo, ella se quiere divorciar, pero él no quiere. Por lo que ella... Ya sabes lo de su problema con...

— ¿Con la bebida? Claro, pero soy discreto. No creo que sea algo que ir hablando con ella cuando la veo. Ah, no, que cuando la veo es para que tengáis peleas en cenas familiares.

—Cállate—Le gruñó Luz. Después tomó aire y siguió contándole—. Sí, debido a esa situación con Hugo y a que el tipo se ha dedicado a acosarla, ella cayó en el alcoholismo. Vale, recientemente yo fui a Madrid a hablar con Hugo, para que dejase de molestar a Ainhoa. Lo último que quería era que Ainhoa perdiese su racha de abstinencia o que le ocurriese algo peor si ese señor seguía de pesado. Después, Hugo apareció en el hotel sobre una tarta y acabó en coma. Apareció Asun, la madre de Hugo, y, por alguna razón, sabía que yo fui a Madrid a hablar con su hijo, me dijo que le había amenazado, que yo le quería muerto porque Ainhoa y yo queríamos robarle su dinero; como si fuésemos Bonnie and Clyde, y no un par de bisexuales neófitas. Y después de mi estúpida e impulsiva visita a Hugo en el hospital, porque escuché a alguien decir que había despertado, Asun me pilló allí de visita y me denunció. Al final, lo que ocurrió de verdad, fue que mis tías, Marta y Clara, oyeron una discusión y vieron al acercarse como Hugo estaba acosando a Ainhoa y tenía intenciones de pegarla. Así que mi tía Marta agarró a Hugo y le tiró por la barandilla, haciendo que aterrizase sobre la tarta.

Escenas Cara B | LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora