Conversación

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Ainhoa la acercó por el cinturón antes de que ambas se besasen de nuevo. Para Luz había pasado una eternidad desde la última vez que había sentido a su novia tan cerca, pero, en realidad, no habían pasado ni dos semanas.

—Ven—susurró Ainhoa, separándose un poco de su boca, y la llevó hacia el almacén, cuya puerta cerró valiéndose de la espalda de Luz.

—Oye... Qué desatada estás, ¿no? —comentó Luz al sentirse completamente atrapada.

Ainhoa asintió sonriente y la besó de nuevo.

—Es que... estábamos muy a la vista para...

—Para...

Ainhoa le acarició con los labios la mandíbula y cuando llegó a su cuello comenzó a dejar besos en él. Luz sintió como toda su piel ardía de ganas. Deseaba aquello muchísimo y estaba encantada con que Ainhoa hubiese tomado la iniciativa, pero llevaban muy mal demasiados días y no quería que el sexo de reconciliación sustituyese a una conversación.

—Espera, Ainhoa—pidió, jadeante, y colocó una mano sobre el pecho de la pelirroja para separarla.
Ainhoa la miró, repentinamente cohibida.

—Eh, perdón—dijo colocando las manos en gesto de súplica—. Me he venido arriba y...

— ¿Qué? No, no, a ver, que no. Ainhoa, no te rayes, que no. Lo que pasa es que... Uf—Luz soltó un suspiro—. A lo que me refiero, quiero liarme contigo, muchísimo además, pero—Ainhoa cerró un instante los ojos, como si se viese venir un enorme problema—...creo que antes deberíamos hablar—concluyó Luz.

Ainhoa la miró y parpadeó, perpleja.

— ¿Quieres hablar?

—Sí, quiero hablar.

— ¿Aquí?

—Es un buen lugar. A estas horas no va a venir nadie. Podemos ir a tu habitación si lo prefieres.

—No, no, me parece bien. En este lugar comenzó todo. Es un buen lugar.

Luz sonrió ligeramente.

—Bien. ¿Te importa si empiezo yo?

Ainhoa negó con la cabeza.

—Para nada.

—Vale. Eh, a ver... Lo siento, lo siento mucho. Siento haber ido a ver a Hugo por mi cuenta, fue una imprudencia.

—Lo fue, pero sé que lo hiciste porque estabas preocupada por mí. No me gustaría que volvieses a actuar por tu cuenta en algo que me incumba tanto y que sea tan delicado, pero no estoy enfadada contigo por ello. Me molestó cuando lo supe, sí, pero ya no estoy molesta.

—Bien, intentaré no ser tan, ya sabes, impulsiva para la próxima—dijo Luz, pero ambas sabían que aquello iba a ser algo muy complicado de conseguir. A Luz se le cruzaban los cables, por defender cosas buenas, y hasta que no hacía lo que sentía y ello resultaba o no en cagada, no se quedaba a gusto.

—Yo siento muchísimo lo borde y distante que fui contigo hasta que Marta se entregó. Siento haberte intentado hacer creer que estabas loca cuando estabas en lo cierto. Y, Luz, de verdad—Luz vio como los ojos de su novia se velaban, como si en cualquier momento fuese a echarse a llorar—, lo último que yo quería era que tú te vieses involucrada. En cuanto lo supe les pedí a ellas que hiciésemos algo. Marta dijo que no. Y luego entendí que lo hizo para entregarse sola y no implicarnos a Clara y a mí. Yo quería ayudarte, de verdad, siento no haber podido hacer más. Lo siento muchísimo.

Una lagrimita cayó por la mejilla izquierda de Ainhoa. Luz, rápidamente, levantó la mano y se la secó con el pulgar.

—Siento haberte culpado por eso. Yo me metí solita en el calabozo, por tonta. Entiendo que estabas en una posición muy complicada, pero en aquel momento me sentí muy traicionada y muy dolida. Y luego pasó lo de mi padre y se me hizo muy cuesta arriba. Lo siento. He sido una niñata.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2023 ⏰

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Escenas Cara B | LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora