Capitulo 5: "Sin reglas"

29 2 0
                                    

Después de llegar, subo las escaleras corriendo hasta entrar a mi habitación y me aviento a la cama boca abajo.

Sigo llorando, no sé qué está pasando conmigo, pero todo va de mal en peor, seguro soy esquizofrénica y no me he dado cuenta!!. ¿Le avisare a mi madre?, no, no quiero hacerle la vida un infierno.

Se me dificulta respirar en esta posición, así que me levanto y seco las lágrimas con mi brazo. Estoy tan cansada... pero, tengo miedo de volver ahí, no sé qué pueda ocurrirme, o si solamente me he vuelto loca!.

Han pasado unos minutos que se sienten como horas, el abuelo está durmiendo abajo, lo envidio...

Son las once de la mañana y siento como si hubiera pasado una eternidad desde que vi aparecer el sol. Mi cabeza duele, mi vista se nubla y mi cuerpo está quedándose sin fuerza, ¿podré resistir?.

-Estoy tan cansada, muy cansada, quiero dormir, dormir, dormir...

He repetido esto miles de veces, tantas que ya perdí la cuenta. Debería comprar píldoras para no dormir, aunque según lo que sé, no las venden sin receta.

Me levanto para ir por un vaso de agua a la cocina y me tambaleo mientras camino. Llegando al lugar, tomo un vaso de vidrio y camino hacia el grifo. El agua me está pesando mucho mientras el vaso se llena, mi mano no deja de temblar!. Cuando está lleno camino hacia mi recámara y muevo mi brazo para poder tomar un poco del líquido, pero como dije antes, es demasiado peso; solté el vaso y calló al suelo, rompiéndose en mil pedazos. El agua se expande en distintas direcciones.

-¡Que tonta!.

¿Abre despertado a mi abuelo?, en verdad lo lamento, no era mi intención.

De cualquier manera, me inclino para recoger los vidrios, pero pierdo la fuerza y caigo; no me lastimé, pero no quiero levantarme, siento que caeré inconsciente en cualquier segundo.

Como la vez anterior, mis ojos quieren cerrarse.

-No... te quedes... dormida.

Con la poca fuerza que me queda, estiro mi brazo y tomo uno de los pedazos de vidrio, apretándolo sin duda alguna. Solo podía sentir como la sangre emanaba de mi piel...

Pensé que funcionaría, pero mis parpados insisten en cerrarse!!. Mi vista vuelve a hacerse borrosa, pero esta vez a tal punto que no distingo ninguna forma.

Veo a alguien acercándose, tiene una ropa de color oscuro... ¡No, espera!, es un color brillante, pero ahora volvió a ser oscuro, o... no?, ya no sé ni lo que veo, no puedo ver ni un solo rasgo de su rostro.

¿Es una persona o son varias?, veo a... una mujer?, no, es un hombre, pero también parecen unos niños, o... una anciana?.

¡¡¡¿Qué es lo qué mi mente dice?!!!, solo son alucinaciones, pero no se van...

No tengo miedo, ya estoy harta de que mi cerebro me engañe!!!.

Cierro mis ojos y los vuelvo a abrir, veo el sitio oscuro de antes, cierro mis ojos y al abrirlos sigo en la cocina... vuelvo a cerrarlos y abrirlos, nuevamente en el lugar oscuro. Hago esto varias veces, los cierro, los abro, los cierro, los abro, hasta que... ya no veo ni la cocina ni el sitio oscuro, solo veo...

Me parece que es... un bosque, pero no a donde siempre voy a correr, porque este tiene nieve, y no es nieve normal, es de color... turquesa...

Un turquesa que apenas si se ve. Lo genera mi mente, pero es muy hermoso, el bosque se ve tan... ¿Cómo decirlo?, ¿diferente?.

Doce almas separadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora