Capítulo 28

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Narrador oculto

Las calles de París, el sitio perfecto para pasear el amor y la vida tan feliz y perfecta. El problema es que la suya está muy lejos de serlo. Todo se le estaba desmoronando y su sonrisa ya no era como el primer día.

Se ve tan bonita, tan despreocupada en aquel momento, mientras en el rostro de Álex cae todo el peso de la preocupación. No está atento a lo que su querida Sofía le está diciendo.

Su mirada está demasiado atenta en buscar algo o alguien en su alrededor.

-¿Pasa algo? -pregunta ella con un tono de temor. Me encanta esa vocecita que pone cuando algo no lo puede controlar y es el miedo el que lo maneja todo.

-No te preocupes, son paranoias mías -y como no el estupendo teatro de Álex intentando suavizar la situación.

Álex querido, me ha dicho un pajarito que estás tonteando con otra... ten cuidado, eso puede ser tu tumba.

Quiero presentarme delante de ellos, necesito sentir su miedo y rabia delante de mí como cuando una droga que pasa por la sangre de un yonqui, esa sensación es la que tendría si me posicionara delante de ellos. Fue justo en ese momento que mis ojos se desviaron a un vagabundo que tropezaba con ellos sin mirarlos a los ojos.

¡¡Será estúpido!! ¡¿Qué coño quería conseguir haciendo eso?! por suerte no le dieron demasiada importancia, la misma que se merece.

Mis dedos marcaron su número de teléfono con la esperanza de que lo cogiera con rapidez.

-¿Qué quieres? Eras tú el que no quería llamadas absurdas.

-Lo he visto.

-¿Y?

-Cerca de ellos, lo he visto cerca de ellos -pronuncié con algo de rabia.

-Eso solo significa algo que ya sabemos, es un completo inútil.

-Hay algo más, no creo que lo haga simplemente por diversión -dije sin apartar la vista de ellos.

-Pero hasta que no lo sepamos deja de vigilarlos...

-Vamos relájate, mirar no es un delito -con aquello terminé la llamada no sin escuchar antes un resoplo por el móvil.

La tensión entre ellos dos se notaba tanto que lo sentía en mis propias carnes.

Mirar no estaba prohibido, y yo no me cansaría de guardar su imagen en mi retina. Odiaba como sacaba su sonrisa con él, y ese vestido... me encantaba como le sentaba ese vestidito de flores. La inocencia que la rodeaba con eso puesto.

¿Cómo era capaz de ponérselo para él?

Todo cambiará, de eso no tenía duda, la verdad de Álex pronto saldrá a la luz y no creo que Sofía pueda sonreír mucho. Aquello me hizo sacar a mí una sonrisa. Pronto cariño, pronto volverás a estar conmigo sin que nada ni nadie nos separe.

Solo hay que tener paciencia... 

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¿Alguna idea de quien puede ser este narrador o narradores ocultos?

Deseo (saga Pecado II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora