Capitulo 8

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Un día algo especial

   Pasaron unas cuantas semanas (dos o tres), desde que Luna oficialmente sabe el secreto de la familia Cullen (La existencia de los vampiros). Los días de clase estuvieron transcurriendo con tranquilidad, la trigueña comenzó a llevarse bien con Ángela, con quien compartía clase de cálculo y Piano. A pesar del poco tiempo, la relación de Luna con sus cuatro compañeros avanzó de una manera rápida, pero sana, la confianza y la comodidad que se tenían entre sí ya era bastante como para que a Luna no le importara los cometarios de los demás alumnos. «Aquel brillo del que hablaba Óscar hablaba era más que obvio». El padre de la joven está feliz por ella, pero la curiosidad de saber el motivo de aquel brillo que hacía que su hija sea tan auténtica.

   Luna consiguió un empleo tres días después, era la encargada de una tienda de souvenirs, el local era muy transcurrido por los alumnos de varias escuelas debido a que el lugar tiene buenos prestos. Los dueños del local, Merle y Daryl, dos hermanos, le dejaban el cargo de dicha tienda medio tiempo después de clase.

   El nuevo empleo hizo que el tiempo de Luna se cortara más, con la escuela, trabajo y el gimnasio, la joven ya no veía a sus compañeros de vida mucho tiempo. Al principio estuvo bien, ellos entendieron que su chica tenía un objetivo y que a pesar de que ellos estuvieran dispuestos a darle todo lo que ella pidiera y necesitara, no ofrecieron nada, ya que saben que Luna no aceptaría cosas así, nada más por existir. Aunque con el pasar de los días les fue más complicado «Vale aclarar, puede que Luna esté completamente flechada a los cuatro inmortales y el amor que siente por ellos sea genuino, el cariño que siente un vampiro hacia sus/su compañero/s no se iguala al de un humano».

   Por otro lado, la relación de Bella y Edward no ha mejorado para nada, a pesar de que el vampiro intentaba acercarse a la mortal, esta le hacía preguntas muy perjudiciales y personales, esto provocaba que el cobrizo se alejase y le digiera a Bella que no se le acercara más. Este alejamiento no duraba mucho, ya que Edward siempre volvía a acercarse, hacia un círculo vicioso entre ellos.

***

   —No entiendo por qué tenemos que ir a una excursión, está haciendo demasiado frío. —Luna está recostada en el pecho de Emmett, el pálido la abraza por la espalada. Rosalie iba por un café con leche caliente, Alice y Jasper están junto a Luna.

   —Mira el lado positivo, tendrás crédito extra y lo más importante, tendrás más tiempo con nosotros. —Mientras la vampiresa hablaba se acercaba paso por paso a la mortal y trans la última palabra le da un beso en los labios, Luna sonríe y le da otro corto beso.

   —Ten por seguro que me duermo en el camino de regreso, el hambre y el sueño me están ganando. —Da un suspiro mientras recarga su cabeza en el pecho de Emmett, el vampiro le da un beso en la cabeza.

   —Toma, amor. —Rosalie llega frente a Luna y le entrega un café con leche caliente, de sorpresa le da un sándwich recién preparado de Dunkin' Donuts, Luna abre la boca asombrada y luego hace un tierno puchero asombrado.

   —¿Cómo supiste que tengo hambre? Gracias, preciosa. —La trigueña toma con delicadeza el rostro de la rubia y lo dirige hacia ella dándole un suave beso que no tarda en corresponder.

   —Un pajarito me lo dijo por ahí. —Murmura mirando al pelinegro con un toque de picardía.

   Edward llegó junto a Jasper, saludo de paso a Luna y a sus hermanos, se quedó recostado junto a Emmett, los seis charlaban cuando Edward se quedó en silencio de repente, seguido todos hacen lo mismo. Luna gira su mirada confundida y ve que Bella está hablando con Mike, arruga la nariz, ya que no puede escuchar la conversación, pero al ver el nerviosismo del joven y las miradas fugases contantes de Bella hacia Edward pudo suponer que el chico intenta conseguir algo con la castaña.

Una extraña más en ForksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora