Sobreviviendo como el mayordomo de un frío príncipe del norte.

5.

'Hoy tampoco hay noticias...'

Ed regresó a su habitación y se asomó por la ventana, estirando el cuello.

'Si no aparece, tendré que actuar por mí mismo.'

Ronan tenía un secreto sobre su nacimiento.

Había nacido con sangre de la familia imperial, y su hermano mayor era el Gran Duque del Norte, conocido por regresar victorioso de cada campo de batalla, sin importar cuán adversas fueran las circunstancias.

'Si tan solo este hermano apareciera, el camino de Ronen estaría lleno de flores... ¿Por qué no hay noticias todavía?'

Ed suspiró suavemente y se encogió de hombros.

No había otra opción.

Sabía que Ronan sería envenenado, y no podía quedarse de brazos cruzados. Tendría que tomar el veneno que Elisa había preparado para él.

En la historia original, Ronan se reencontró con su hermano mayor a los 18 años.

Sin embargo, para entonces, los años de maltrato en la Mansión del Conde Herrins habían hecho que Ronan desconfiara de la gente y tuviera una personalidad difícil.

Cuando su hermano fue acusado falsamente y murió, Ronan se llenó de ira y se apoderó del trono, destruyendo todo a su paso.

Y así, se convirtió en un tirano.

Como lector, Ed había disfrutado viendo a Ronan eliminar sin piedad a sus enemigos.

Pero ahora era diferente. El camino que Ronan había tomado en la novela había sido un camino de espinas, lleno de lágrimas y dificultades. No había necesidad de que Ronan sufriera de esa manera.

Ed estaba decidido a eliminar todos los obstáculos en el camino de Ronan.

Quería crear un puente para que Ronan se reuniera con su hermano lo antes posible, evitar la muerte del Duque y asegurar un futuro brillante para Ronan... Por eso, Ed le había enviado una carta al Garn Duque, pero aún no había recibido respuesta.

Probablemente, Zenon, el confidente del Gran Duque, estaba interceptando las cartas.

Según los periódicos, el Gran Duque del Norte había derrotado al enemigo que se atrevía a amenazar su frontera hacía una semana.

En tan solo dos días, el enemigo, ondeando una bandera blanca, se retiró, y la familia imperial les dedicó unas palabras de reconocimiento por su labor.

Esto ocurrió apenas dos semanas después de que el Duque regresara de una campaña militar ordenada por la familia imperial.

Como el Gran Duque ya debía haber deducido, los que se acercaron a la frontera norte fueron soldados de un país vecino que actuaron en complicidad con la familia imperial. Su objetivo, era evaluar la fuerza militar del Norte tras su reciente regreso de la guerra.

El artículo del semanario concluía así:

La familia imperial ha decidido organizar una celebración en honor al Gran Duque, Asnel Linden, por su dedicación. El leal servidor del imperio, Asnel Linden, profundamente agradecido por la atención de Su Majestad, se embarcó en el carruaje enviado por la familia imperial.

Ed dejó el semanario en la ventana y se rascó la frente.

Si la personalidad del Gran Duque era la misma que en la novela original, no tendría ningún interés en la celebración imperial ni en nada parecido.

Sin embargo, para obtener alguna pista sobre Ronan, a quien perdió cuando el actual emperador atacó el Norte, seguramente seguiría cualquier orden de la familia imperial, por muy desfavorable que fuera.