El raro acontecimiento de que cuando la caja subió de nuevo después de tanto tiempo, el asombro y curiosidad de los habitantes del área incremento al ver que el nuevo verducho, era una chica. Nadie lo podía creer, estaban tan confundidos y a la vez...
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Había una mujer en el lugar, su cabello era blanco. Hablaba hacia mi persona soltando fonemas que pudiera comprender. Pero no podía escuchar nada. La figura femenina adelante mío se encontraba ahora de rodillas para que estuviera a mi altura. Mi cuerpo era diminuto en este momento. Al costado de ella estaba de pie un chico muy pero muy joven. Pero mi cuerpo estaba paralizado , no podía moverme.
— hermana... — murmuró aquel chico
Era mi hermano, podía llegar a la conclusión de que era de mi edad. Mientras más mi miraba de reojo , podía notar el parecido entre ambos por lo que significaría que éramos mellizos. La escena era muy rara , después de varios segundos pude notar que esto era falso. Lo que estaba sucediendo ahora no era más que mentira.
Era un sueño
Pronto un zumbido se apoderó del ambiente, se volvía intenso cada vez más. Tanto que pase ambas manos a mis oídos y ejercí presión en ellos tratando de no escuchar el sonido, pero fue en vano.
Pero pude escuchar un grito a pesar del ruido
— ¡T/n!
Escuchaba como alguien me llamaba con desesperación y preocupación. Y a pesar de que deseaba con todas sus fuerzas abrir sus ojos para buscar a esa persona no lo lograba , su cuerpo se lo impedía.
De pronto, la voz empezó a alejarse.
— ¡T/n!
— ¿Quien eres? — grite lo más alto que podía , mis manos seguían en mis oídos, mis ojos estaban cerrados. Pero aún así mi curiosidad ganó de nuevo , gritando la pregunta sin respuesta alguna
— ¡T/n!
— ¿Dónde estás? — volví a preguntar
— ¡¡T/n!!
La voz y el zumbido fueron silenciados al instante. Y al fin pude abrir mis ojos y note que hizo ers diferente ahora. Y ahí es donde lo supe , no era un sueño.
Estaba recordando
Estaba en el medio de una aglomeración de personas a mi alrededor, junto a mi hermano. Estábamos caminando en el suelo como si bebés fuéramos , intentando esquivar los golpes y empujones que se daban la gente ante la desesperación para llegar al frente. El ambiente era inundado por gritos y por una tensión inquietante.
— ¡Queda poco! — grito una mujer detrás de ellos en la misma posición —¡sigan avanzando, no se vayan a separar. Es una orden de mamá! — ordenó la mujer
— ¡Ya los veo! — grito mi hermano
— ¡Sigue , estoy detrás tuyo! — le respondí
Lograron acercarse hasta unas brillantes luces que estaban resguardadas detrás de altas y gruesas rejillas metálicas. Se encontraban de ese lado hombres de negro y con el rostro cubierto por unos cascos.
