Me encuentro pensándote porque no estás.

Me gustas, te quiero y me tienes.

Me gustas aunque seas desconocido;

me gustas de pies a cabeza.

Me gusta desde tu habla hasta tu espalda

y ese cuello y el recoveco de tu cuerpo

donde me gustaría colocar la frente,

donde guardaría mis besos;

esa parte de tu cuerpo que alberga eternidad.

Acabas de llegar y al primer vistazo

ya he quedado atrapada en ti,

en tu mirada que es una jaula;

atada a esos besos que haría infinitos.

Llegaste y ya te has acomodado en mi pecho

en mi pensamientos que te hacen aparecer

a cada milésima de segundo cuando no estás cerca de mí.

Porque apareciste cuando no esperaba nada más,

cambiaste las direcciones y me perdiste

en ese misterio que representas a cada cuenta

a cada palabra

a cada beso.

-porque no importa repetirlo

dos veces o un millón

si los besos son reales

y además son tuyos-

Y es que me gustas con esa risa

que le haría la mañana a cualquiera

y te quiero más rápido de lo que

llegué a pensar que te querría

y me tienes ya hecha tan tuya

que no puedo huir -ni quiero-.

Porque me gustas

y te quiero

y me tienes.