Suicida - Slenderman

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Caminaba por el pacífico bosque, en dónde el canto de los pájaros y la brisa del aire le daban un bello toque armonioso, las ramas se mecían elegantemente en una danza orgánica, invitando a mis cortos cabellos a seguirlas en el viento, junto con mi vestido blancos el cual su falda volaba con las hojas sueltas de aquellas ramas, mientras que el olor a tierra húmeda mezclado con finas flores inundaba el lugar....

Realmente era....

"Un hermoso lugar para morir"

Comencé a vagar entre las veredas, perdiendome entre los árboles con una soga en la mano, aún no me decidía como terminaría con esto, solo quería que mi cuerpo sirviera para alimentar a los animales o de abono para los preciosos árboles

"Realmente quería... Ser útil... Al menos muerta... Servir para algo... Aunque sea en mis últimos momentos"

El sol brillante, las mariposas revoloteaban a mi alrededor, sin tan solo tuviera alegría en mi vida, sin duda lo disfrutaría...

Cómo siguiendo mis súplicas, frente a mi un árbol grande e imponente apareció, justo detrás de el, había un acantilado, bajo sus pies habían flores de muchos colores, sin duda era el lugar perfecto...

" Espero no enojar a los dioses del bosque con mi ... Inmundo cuerpo...."

Tomé mi soga, midiendo para atar mi cuerpo, justo cuando iba a trepar, una fría mano tocó mi hombro.... Y lo ví ..

-¿Qué crees que estás haciendo niña?-
Mis ojos no lo podían creer, al girar siguiendo esa ronca y distorsionada voz ví a quien sería mi salvador.... Su mano era tan pálida y delgada, incluso era enorme, su altura era impresionante, aún agachado era mucho más alto que yo, ni siquiera tenía rasgos faciales y aún así podía notarse su tristeza, pero increíblemente lo que más llamó mi atención fue su elegante vestimenta

-¿Acaso el señor escuchó mis plegarias?.... ¿Has venido por mi?.... Dime qué si... Dime la muerte por fin llegó.... Que eres tú... Mi verdugo y salvador -
Dije en un suspiro, casi suplicándole, incluso una sonrisa inocente se reflejaba en mi rostro, como un niño al recibir sus regalos de navidad

Sin embargo el semblante del ser parecía bastante confundido y melancólico
"¿Era tan raro que alguien pidiera morir?"

El ser quitó su mano se mi hombro, enderezado su anatomía, sentía su mirada, aunque no parecía tener ojos, era claro que mis marcas de golpes en mi piel semi tostadas le llamaban la atención, incluso frunció el ceño al ver mis cicatrices de cortaduras en mi brazo

-Pequeña tonta.... ¿Por qué?... ¿Que demonios estás haciendo?... ¿No te da vergüenza?...-
Aquel extraño hombre de la nada comenzó a regañarme, no me gritaba pero su tono de voz era más grueso, cosa que... Realmente me molestó.... ¿Quien se cree que es?

-¡Responde! ¿Realmente eres tan débil y patética como para tirar así tu vida?...
Ciega... ¿Cómo puedes darles el gusto de exigirte?
Sus manos tomaron bruscamente mis hombros haciendo que me quejara, empujándome contra el árbol y arrebatandome la cuerda

-¡¿A ti que importa?!-
Con irá, aparté sus manos y caminé hacia el
-Estoy agotada... No puedo... Ni quiero seguir peleando... Nada vale la pena... Ni el esfuerzo... Todo lo que hago está mal... Soy como una plaga... Lo único que quiero es dormir...-
Me recargué en el árbol, soltando lágrimas, mi voz se quebraba, tirandome lentamente hasta sentarme en el piso

Creepypasta's One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora