Camino a Ponyville - Parte 2

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De pronto, Sunburst abre los ojos lentamente...

Sunburst, que se encontraba boca abajo, levanta la cabeza para distinguir el lugar; todo lo ve borroso. Logra distinguir su propia habitación, pero está totalmente destrozada.

Logra ver que hay nieve cayendo en su cuerpo, incluso hay una nieve acumulada en sus cascos, no están sus asientos... y la ventana está completamente rota. Un rayo de luz naranja se logra distinguir... parece que el accidente sucedió en la madrugada.

Finalmente, Sunburst abre sus ojos por completo.

—E-e-eh... —Dice con dolor. 

—E-estoy v-vivo... —No puede creer lo que está viendo. 

—¡Ayuda!... ¡Alguien!... —No recibe ninguna respuesta. 

Sunburst respira profundamente, su aliento sale en forma de vaho debido al frío... sus ojos no paran de buscar respuestas, su cabellera está totalmente despeinada y sus lentes... han desaparecido.

Gira su cabeza lentamente a la izquierda y ve sus lentes entre la nieve. Arrastrándose, extiende su casco izquierdo y logra agarrar sus lentes. "Te tengo..." los examina y ve que uno de los vidrios está dañado... se queda mirando el lente, preocupado por su estado.

Observando el lente, empieza a recordar algo: "¡OH NO!" Sus ojos se abren, su expresión se vuelve aterradora y su casco derecho se mueve rápidamente hacia su cabeza para tocar su cuerno.

—Está entero... ¡Ooooohhh gracias, Celestia! —Alaba, extendiendo sus cascos hacia arriba. 

—Gracias, gracias... —Finaliza poniéndose sus lentes. No podía imaginar una vida sin su amado cuerno... estaría al borde de la locura si eso le pasara...

—Espera... —Logra acordarse de alguien especial.

—¡VINCENT! ¡VIIIIIINCENT! Oh no... T-tengo que salir a buscarlo... ¡Eh, Vincent! ¡Oh no, no, no! —Alarmado, Sunburst intenta levantarse poniendo firmes sus patas traseras y delanteras, pero un fuerte crujido en su casco izquierdo, acompañado de un dolor intenso y un grito horrendo, lo hacen caer al suelo.

—¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH! —Lagrimas salen

Sunburst vuelve a estar en el suelo, y de pronto siente otro dolor que lo atormenta, dirigiendo su casco hacia su pecho. Allí encuentra una horrible cicatriz, tres rayas enormes en su pecho derecho. Sunburst mira esto asustado y empieza a entrar en pánico. —¡No no no no! ¡AYUDA! ¡AYUDENME! —Sunburst se desmaya.

[En la escena, vemos a un poni naranja tumbado en el suelo, con una gran herida en el pecho y un casco doblado, en una habitación de un tren sin techo. Una ventana rota con algunos vidrios esparcidos alrededor y nieve por todos lados]

Ha pasado una hora completa.

Una vez más, Sunburst logra despertarse. Abre sus ojos previamente humedecidos y empieza a observar su entorno. Aún está en el mismo lugar, pero ahora la luz es clara, es la mañana.

*¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!* —Sunburst tose por el frío.

Sunburst vuelve a poner su casco en su pecho y nota la profundidad de la herida. Rápidamente, se da la vuelta con mucho esfuerzo y pone sus dos patas delanteras en el suelo. Con mucho esfuerzo y algo de dolor, intenta ponerse completamente de pie, apoyándose en sus dos patas traseras y su pata derecha delantera.

—Oh... Mueve un poco su pata izquierda y nota que su casco está inclinado de un lado, con una fractura. Sunburst mira con tristeza su casco, respirando únicamente por su nariz. Permanece quieto durante un rato y luego empieza a andar en círculos con dificultad, apoyándose en sus tres patas para acostumbrarse. Da pequeños brincos, pero finalmente se estabiliza. Después de unos tres minutos, gira la cabeza hacia la ventana rota que está frente a él. Observa los pequeños fragmentos de vidrio dispersos a su alrededor. A lo lejos, logra ver un bosque de pinos y una montaña cubierta de nieve. Trata de recordar, y piensa que detrás de esa montaña está el Imperio de Cristal... o tal vez es una montaña en dirección a Ponyville. Su mente se llena de dudas y preocupación mientras intenta decidir qué dirección tomar en su delicada situación.

Café caliente para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora