✌Capítulo 4✌ "El pecado en crisis"

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Una rubia de cuatro años lloraba a moco tendido mientras un desesperado Jellal trataba de calmarla haciendo todo tipo de tonterías, incluso se había vestido de payaso. Siguiendo los consejos de dos mentes macabras llamadas Lily y Happy, aunque ahora se golpeaba mentalmente por hacerle caso a ese par de lunáticos.

Esto, no está funcionando— reclamo al par de gatos que jugaban poker.

...

No van a decir nada— reprochó aventando la peluca de payaso a Happy el cual la esquivo.

...

—Les compraré lo que pidan— susurro tan bajo, que pudo asegurar que nadie lo hubiera escuchado o eso creía.

—¿Lo que queramos?— respondieron al unisono los mininos a la par que un escalofrío recorrió el cuerpo de Jellal.

... Sí— hablo, sintiendo como acababa de vender su alma al mismísimo acnologia con esas dos simples letras.

—¡Muy bien!— aplaudió Happy concentrado en su juego.

Jellal creyó que solo había sido su imaginación y pensaba en irse de ahí tan rápido como pudiera, llevándose a la mocosa con el.

No tan rápido, Jellal— susurro Lily, provocando que el susodicho parará en seco justo a escasos centímetros de la salvación, es decir, la puerta.

Aun, no te hemos dicho lo que queremos— mencionó Happy aventando una revista.   —Página 20

Jellal cogió la revista, busco la página indicada y sus ojos se abriendo a más no poder. Puesto que en la hoja se encontraba su ruina señalada en dos círculos rojos.

Bien—suspiro derrotado— ahora ayúdenme— pidió viendo a los nekos.

Oh, está bien— suspiro Lily con desgano acercándose a la pequeña.

Por cierto ¿quién es la niña?—pregunto pensativo Jellal

El sonido de un golpe resonó por todo el gremio.

¡Auch! Se puede saber porque me golpeas— grito Jellal tocándose la mejilla.

Y todavía tienes el descaro de preguntar el porqué— cuestionó Happy indignado —Ni se te ocurra contestar Fernández— le advirtió señalandolo con su pescado.

¿Que acaso no te das una idea de quien pueda ser?— intervino Lily poniendo a la niña frente a Jellal.

Un clic se oyó dentro del cerebro del peliazul quien inmediatamente tomo a la pequeña examinandola sin poder dar crédito a lo que veía.

—¿Acaso ella es Lucy?— preguntó con temor.

—¡Milagro! El cielo se va a caer— Exclamó horrorizado Happy.

Creo que ya no te dejaré seguir viendo películas de Disney— comento Lily suspirando.

No importa, aún tengo los discos de Elvis Presley — comento orgulloso Happy.

Diablos— mascullo Lily siendo rodeado de un aura oscura.

Jellal decidió no meterse en aquella pelea por su propio bien. Así que se acercó a Lucy.

—¿Oh y cómo estuvo el sake?— preguntó de lo más normal.

Pasaron unos segundos, hasta que Jellal cayo en cuenta de sus propias palabras.

¡¡¡Lily!!!grito escandalizado quitándole la botella a la pequeña, quién se encontraba durmiendo.

Lily volteo a ver a Jellal con el interés de un pavo en invierno.

¿Ahora que?— preguntó cansado el neko.

Explicame como pudiste darle sake a una niña de cuatro años, ¡CUATRO AÑOS!— Grito poniendo cuatro dedos frente a la cara de Lily.

Pues dándosela— contesto sin más prendiendo su puro.

Jellal se golpeó con la palma de su mano la frente, al darse cuenta de que gracias a sus gritos había despertado a un monstruo y caía en cuenta de que había estado compartiendo palabras con unos demonios por una hora.

Debía de haberse ido nada más, ver la situación, pero no. Tenia que ocurrirsele la brillante idea de entrar y ahí estaban las consecuencias; una Lucy de cuatro años vestida de conejita, oh pero ese no era el problema, no señor, sino que estaba como una cuba y para agregarle más desgracias tenía al par  de demonios haciendo de paparatsis. ¿Que faltaba ahora? ¿Una vaca voladora?

Y antes de que siguiera maldiciendo mentalmente, fijo su vista en los magos que estaban pasando una desgracia mayor, lo que lo hizo reconsiderar que lo suyo no estaba tan mal, aunque eso no quitaba que estaba en una situación nada alentadora.

Lo perdemos, lo perdemos— grito Lily tomando a Jellal de los cachetes.

Dejame, estoy bien— pidió Fernández suspirando.

Temía que hubieses sido infectado— comento Happy soltando un gran suspiro.

¿Infectarme? ¿De que? ¿Como? ¿Cuando?— interrogó Jellal con preocupación cargando a Lucy en brazos. —Ah que te refieres con eso Happy.

—Elemental mi querido Jellal—respondió el aludido poniéndose una bata blanca —Es una nueva enfermedad que ataca a gente como tú— concluyó viendolo despectivamente.

¿Gente como yo?— cuestionó intrigado —Explicate Happy— dejando a Lucy en una silla.

QUE ES HAPPY-SENSEI—grito happy golpeando a Jellal con su pescado.

Ya. No lo golpees tanto, no ves que de por si esta idiota, imaginate como va a quedar con más golpe— intervino Lily mientras salia  de la cocina con un puro en mano.

Tienes razón me sentiré mal si por mi culpa termina mas idiota.— dijo happy mientras lloraba falsamente ––Aunque no creo que se pueda ser mas idiota de lo que ya esta.—Se cuestiono happy haciendo cálculos en un pizarrón.

Exacto happy-sensei— grito entusiasmado Jellal hasta que reaccionó ––Oye yo no soy idiota— reclamo indignado

—¡Claro que si! Oh si no, no te encontrarías en esta situación— opino Lily —Ah y eso sin contar tu irresponsabilidad, al darle alcohol a una niña de cuatro años, en que estabas pensando Jellal— reprocho negando con la cabeza.

Jellal entro en estado de shock.

—Lo tengo—anuncio happy dejando su gis en el suelo, dándoles la espalda —Ellos si pueden llegar a ser mas idiotas y por eso hay que tener cuidado, porque aun no se sabe si es contagioso o no.

—Como es que descubriste eso happy— pregunto Lily con una libreta en mano y puro en la boca.

Elemental mi querido Lily según mis estadísticas esos—señalando a lo magos ––Son tan idiotas que no se podría llegar a saber cual es el grado mas complejo. Por eso eh decidido nombrar a esta enfermedad "Idiutuus crónica" ya que es muy rara y una vez contraida es difícil de eliminar.

––No digas burradas happy, mejor voltea y dime porque diablos todo terminó así— le recrimino un recuperado Jellal

––Es doctor profesor Happy— lo corrigió —¿Entendido inútil?—le pregunto mientras se daba la vuelta

––Pero que diablos te paso a tí— pregunto asustado Jellal

––Elemental idiota mío es una consecuencia de haber hecho una investigación tan profunda de rigurosa paciencia y tiempo–– contesto happy el cual era idéntico a Einstein en versión gato.

Operación  M.A.P.I.DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora