𝟎𝟑

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SuNoo

—No sé por qué no puedo parar de hacer esto — paso mi mano sobre la barriga embarazada de JungWon. — ¿No te vuelve loco? — uno de los bebés patea, haciéndome apartar la mano por un segundo, los ojos en blanco. Wow, ellos son fuertes. Me pregunto cómo sería tener mis propios cachorros en la barriga.

— Nop — se encoje de hombros y continua devorando una manzana cubierta de caramelo. No creo que nada la incomodaría ahora mientras tiene la boca llena de comida. Ser humano y cargar tres bebés shifter lo deja en un estado de hambre constante.

Su compañero, el sheriff de Gray Ridge, Jay, toma una mecha de su cabello rojo y lo lleva detrás de su oreja antes de que vuele con el viento y quede atrapado en el desastre de caramelo que el está haciendo. Su dedo va a su mentón, bajando por el cuello y traza la marca de mordida en el hombro. La mirada en sus ojos cuando mira a su compañero me golpea fuerte. De repente, siento una nostalgia que he intentado ignorar desde hace meses.

Las personas pasan más tiempo que yo sin encontrar a sus compañeros, pero por alguna razón, eso me está doliendo. Tengo apenas veintiuno y, finalmente salí del control de mi hermano. No debería querer ser apresado por un compañero ahora, pero lo quiero.

— ¿Tengo olor a donas? — pregunta JungWon, rompiendo mi momento de nostalgia.

— Juro que hueles mejor que yo, querido — Jay agarra a JungWon, acercándolo y colocándolo en sus brazos en un gesto posesivo. Pensé que después del apareamiento su posesividad disminuiría, pero parecer ser tan fuerte que nunca. Todo macho que pasa en la calle, en medio de la feria, se asegura de estar por lo menos a tres metros de JungWon.

— Bueno, no te quedes parado ahí. ¡Donas! — dice él después de morder el ultimo pedazo de la manzana caramelizada. JungWon le pasa el palito vacío a Jay con una gran sonrisa. Desciende rápidamente, toma sus labios y lame el caramelo de las esquinas de su boca antes de arrastrarla lejos.

— ¿Eso no cuenta como un atentado al pudor? — pregunta Jake a mi lado.

— Él no se va arrestar a sí mismo — nos reímos mientras caminamos por la calle. Es difícil llegar lejos en una ciudad como Gray Ridge sin encontrar a alguien conocido. Todo el mundo conoce a todo el mundo, a menos que sea un turista visitando el Parque Nacional. La feria de la ciudad parece haber traído a muchos de las zonas de camping para participar en las festividades.

— Él es lindo — señalo a un muchacho que parece tener la edad de Jake, tal vez un poco mayor.

Está a pocos pasos de nosotros mirando a alguno de los artistas callejeros. Es alto y delgado, con cabello castaño corto pero todo el mundo es alto comparado con Jake.

— ¿Por qué no vas a hablar con él? — le digo, pero sé que no va hacer eso. El es muy tímido. Pasé los últimos meses intentando sacarlo de su caparazón, pero no parece estar funcionando.

2. sleeping beauty ♯݊ˢᵘⁿᵍˢᵘⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora