𝟎𝟖

335 40 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


SuNoo

— Tú me dejaste — todos los recuerdos fluyen a mí ahora, y sé por qué él me parecía tan familiar. ¿Cómo es que mi hermano parecía conocerlo y yo no? Por alguna razón, eso duele. ¿Por qué duele tanto?

Él desvía los ojos y la tristeza se nota clara en su rostro. Un rostro que no veo hace años.

— Ponme en el suelo, SungHoon — sus ojos se abren y veo una batalla interna. Sus hombros caen un poco. No me gusta eso. Quiero al hombre que estaba aquí hace un momento atrás. Él, obediente, me coloca en el suelo y en seguida da un paso atrás.

Me acerco, tomo su muñeca y gruño. Estoy molesto pero mi lobo recuerda que una vez él nos dejó y no va permitir que eso suceda nuevamente. Está asumiendo el control aunque todavía está dolido de que él haya hecho eso.

Agarrándolo por los puños, camino hacia la cama. Él no lucha, yendo fácilmente conmigo. Le pido que se siente y lo hace. Eso me hace sonreír. Amo el hecho de que él esté tan dispuesto a hacer lo que le pido. Algunos lobos machos no son así, pero no creo que mi compañero se preocupe sobre quien realmente es el alfa entre nosotros, porque claramente él lo es. Parece estar más interesado en hacerme feliz.

Cuando se sienta, subo en su regazo y lucho contra las ganas de tenerlo dentro de mí una vez más. La necesidad disminuyó un poco, pero sé que estará de vuelta en breve y solo va crecer a cada día hasta la luna llena. No sé cómo va a ser posible eso ya que me siento totalmente consumido. No estoy seguro que vaya a aumentar hasta ese día.

Él aun esquiva su mirada de mí y agarro su rostro en mis manos para hacer que nuestros ojos se encuentren. Un flash de su lobo viene en esa mirada y el hambre por mí está ahí antes que él se aparte e intente desviar la mirada.

— Dijiste que siempre me observarías. — le recuerdo y rememoro cuando él solía vigilarme.

Todo tiene sentido ahora. Como siempre me sentí tan protegido cuando él estaba cerca. Lo que sentía por él era algo que nunca había sentido por otra persona. Entonces, él se fue dejándome solo un dolor.

Ahora está de vuelta. Él es mi compañero y solo veo vestigios del hombre que era. Paso los pulgares a lo largo de sus mejillas prominentes y, ahora más que nunca está claro que estaba salvaje. ¿Qué hizo que me dejara, años atrás? Claro, no sabíamos que éramos compañeros, no tendría como saberlo. Yo era muy joven y no habría llegado a la mayoría de edad hasta los dieciocho años.

Todavía recuerdo mi cumpleaños 18. Estaba tan asustado de que iba encontrar a mi compañero entre uno de los lobos locales y ahora sé por qué tenía ese miedo. En mi subconsciente, quería que fuera solamente él.

Cuando no me responde, lo presiono.

— Creo que te volviste más sexy.

Él sonríe y me inclino para besar sus labios. Empujando mi lengua en su boca, pruebo su dulzura. Él me gira en la cama, entonces estoy debajo de él una vez más. Él profundiza el beso y su dominio retorna. Amo la manera que tiene de hacerme sentir omega. Aprovecho esto por un momento antes de atacar.

Quiero volver a la confianza que él tenía cuando me apretó contra la pared y me folló. Agarrándolo por los cabellos, tiro su cabeza hacia atrás rompiendo el beso.

— ¿Por qué dejaste de mirarme? — gruño la pregunta dejando salir la agresividad. Lo quiero llevar al límite conmigo.

— Tú merecías algo mejor. Yo no podría protegerte. ¿Cómo podría? Tu hermano me recordó eso cuando me atrapó observándote.

Gruño nuevamente y uso mis piernas para girarlo. Él intenta rodar, pero coloco mis manos suavemente en su pecho para que se detenga.

Su respuesta me confunde. — ¿A quién no protegiste?

— A mi madre y mi hermana. Fueron asesinadas por cazadores cuando yo estaba... — sé que él no lo puede decir. Cuando él estaba mirándome. — Tu hermano me atrapó fuera de la ventana viéndote dormir y me avisó de lo que sucedió. Él me dijo que me mantuviera lejos. — toma una respiración profunda, mirando intensamente en mis ojos. —Aquél día, yo lo perdí todo.

— Estoy aquí ahora, SungHoon. Tú no perdiste todo.— él se sienta conmigo en su regazo, estirándome para estar pecho con pecho.

— No lo merezco, pero me quedaré contigo. Estás aquí y vas a quedarte conmigo. — yo debería corregirle y decirle que yo voy a donde yo quiera pero me gusta la idea de que él me quiere a su lado a todo momento. Aunque puede que eso no sea posible pero podemos jugar con la idea mientras tanto.

Acaricio su largo cabello y barba e intento ofrecerle algún consuelo.

— Voy a prestarte atención a cada segundo de cada día, mi querido compañero. — intento argumentar con él.

Todos acá se transforman y salen al bosque muchas veces solos. Yo suelo hacerlo también.

— Nunca voy a sacar mis ojos de ti. Aprendí mi lección. Nadie llegará cerca. — ignoro sus palabras porque eso no es algo que voy a discutir ahora.

No con el calor desarrollándose. Soy obligado a ser follado en el suelo para que él pueda probar su punto de vista. Aunque eso suene atrayente, tengo el presentimiento que tendré un plato lleno con mi compañero descontroladamente obsesionado, independientemente de no tener que probarme nada a mí.

— ¿Dónde estabas? — le pregunto cambiando de asunto.

— En la naturaleza. — confirma él lo que yo ya había sospechado. Eso explica muchas cosas. Porque él es más salvaje que el resto de nosotros. No estoy seguro si él es realmente miembro de la manada.

— Fue lo que pensé. Pareces más robusto. Como un leñador sexy. — lo provoco, deslizando los dedos a través de su barba.

Sus ojos se achican y fijan en mí.

— No es que yo haya visto un leñador sexy. — me muerdo el interior de mi mejilla para no reírme de sus celos.

— Yo construyo casas, no corto leña
— me informa él, pero no me importa. Mi leñador sexy todavía me sostiene fuerte. Voy a tener que conseguir algunas camisas de franela a cuadros.

— ¿Entonces no tienes un hacha? Tal vez puedas simplemente cortar algunas ramas para mí.

Él va levantarse y lo sujeto, riendo.

— ¡Ahora no! — no puedo parar la risa que sale de mí.

Él me pone de espaldas en la cama y paro de reír, sintiendo el deseo asumiendo el control.

— Haz eso nuevamente.

— ¿Qué? — le pregunto, envolviendo mis piernas alrededor de él, queriéndolo dentro de mí.

— Reír. Me gusta el sonido.

— Creo que vamos a tener muchas risas, compañero mío, pero ahora necesito que me hagas correrme. Lléname de nuevo.

Esta vez, cuando él hace lo que pido, es suave y lento. SungHoon hace el amor conmigo hasta que desmayo en sus brazos.

2. sleeping beauty ♯݊ˢᵘⁿᵍˢᵘⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora