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—¡Ah, joder! ¡Sí! ¡Matthew!

Matthew no es de los que ignoran las peticiones de una chica que va voluntariamente a casa con él después de un sólo trago y un par de bromas tontas.

Y esta chica, Sarah (¿o era Tara?), dejó muy claro que le encantaba lo que
Matthew tenía para ofrecer. Sea lo que sea.

—¡Dios! ¡Eres tan bueno, Matthew! ¡Ah~, Matthew!

Dice mucho su nombre, es halagador en cierto modo, que lo recordara después de habérselo dicho sólo una vez y con su voz ahogada por el sonido de la música. Le recuerda cómo a Jihyun le tomó semanas, incluso cuando lo veía casi todos los días y compartían una rueda de cerámica.

Sarah (o Tara) ya ha logrado gritar su nombre unas diez de veces por minuto. Es el impulso de confianza que necesitaba.

Dios, Zhang Hao tuvo razón todo el tiempo.

Matthew se estremece, no queriendo pensar en su amigo cuando está profundamente dentro de esta chica, una chica que de repente golpea su mano contra la pared, como si estuviera apoyándose.

—¡Hey!— grita, pensando que era un poco innecesario.

¿Soy realmente tan bueno como para que golpeara la pared?

Ella ni siquiera lo escucha, sólo continúa gimiendo tan alto que le preocupa que Hanbin la escuche hasta el final del pasillo y llame a la policía.

Eso, junto con el golpe en la pared, lo hace preguntarse si Jiwoong está en casa escuchando todo esto. La cara de Matthew se pone roja y sus orejas arden, porque seguramente lo está, debió quedarse en casa toda la noche trabajando en esa pintura.

Por un segundo podría morir de la vergüenza, sin embargo, cuando Sarah Tara gime y le pide que vaya más fuerte, él piensa que tal vez es hora de tener su pequeña y juguetona venganza contra Jiwoong.

—¿Sí? ¿Te gusta cuando lo hago así?— Él pregunta, elevando la voz para igualar su energía.

—¡Dios, sí! ¡Me encanta! ¡Sigue follándome, Matthew! ¡No pares!

Está siendo un poco ridícula, pero le gusta lo que Matthew le hace, y él espera que Jiwoong pueda escucharlo fuerte y claro.

—Dime lo bueno que soy.

Sarah Tara le responde mientras Seok la embiste. —¡Me follas t-tan bien, Matthew! ¡E-Estoy muy cerca! ¡Ah!

Sonríe para sí mismo, empujando con más fuerza, más profundo, el sudor gotea por su espalda y su rostro, las piernas de la chica están envueltas firmemente alrededor de su cintura.

Cierra los ojos e imagina a Jiwoong, acostado en su cama y escuchando el escándalo. No ha puesto música. Kim no está tratando de ahogar el ruido.

¿De verdad está escuchando todo esto?

Matthew no detiene el movimiento de sus caderas ni por un segundo, sus cuerpos está cubierto por una capa de sudor, su compañera grita tan fuerte que está seguro de que ahora todo el piso puede escucharla, especialmente su vecino.

Justo cuando Sarah (o Tara, pero probablemente Sarah) grita que está por correrse, la mente de Matthew se llena con la imagen de Jiwoong saliendo de la piscina al final de la práctica, cuando su cuerpo está tenso por el entrenamiento, las mejillas sonrojadas, ls gotas de agua sobre su piel.

—¡Mierda!— Matthew grita, acabando con fuerza en el condón.

Rápidamente quita esa imagen de su cabeza. Se asegura de sentir el cuerpo debajo de él, tan flexible, suave y femenino. Es eso lo que lo excita, no cualquier otra cosa.

dive into you ⋆⭒˚。⋆ mattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora