All the young dudes (sirius perspective) Año1-4

Cuarto año: Diciembre

La chica del teléfono no me dejaba en paz

Un recuerdo del LP de alguien

Un limón en una bolsa jugó un Tiger Rag

Y los cuerpos en la pantalla dejaron de sangrar

¡Sí! estaba temblando como una hoja

Porque yo no podía entender la conversación

¡Sí! Corrí a la calle, buscando información.

¡Cuidado con ese hombre! ¡Oh cariño, mira a ese hombre!

Habla como un idiota, pero podría comerte con un tenedor y una cuchara.

¡Cuidado con ese hombre! ¡Oh cariño, mira a ese hombre!

Camina como un idiota pero solo está cuidando la habitación.

debe estar en sintonía

miércoles 4 de diciembre de 1974

Tal como prometió, McGonagall les dio a todos tres semanas de detención, lo que significó filas y tarea adicional. Para asegurarse de que estuvieran debidamente arrepentidos, también les prohibió la entrada a Hogsmeade hasta el año nuevo, por lo que Peter parecía particularmente molesto, por alguna razón, incluso después de que James le aseguró que aún podrían escabullirse a Honeyduke's para comprar dulces.

Sin embargo, Sirius tenía cosas más importantes de las que preocuparse que perderse algunas carreras de Zonko y un puñado de cervezas de mantequilla en Three Broomsticks. El problema al que se enfrentó cuando November se rindió silenciosamente a December fue mucho más preocupante que cualquier detención, más aterrador que la ira de McGonagall y más desconcertante que el hechizo de cambio de voz en el que Flitwick los tenía a todos trabajando.

Chicas. El problema con el que Sirius tuvo que lidiar, una vez más, fueron las chicas.

Desde que Peter había soltado los frijoles sobre la apuesta de besarse, habían comenzado a seguirlo. No se había dado cuenta al principio, sin prestar atención a los grupos de amigos riendo tontamente que parecían materializarse dondequiera que estuviera: estudiando en la biblioteca, jugando a los gobstones en la sala común, caminando con sus compañeros para desayunar en el Gran Comedor. Había asumido que ellos también estaban allí, en gran parte un ruido de fondo discreto. Sirius Black no era especialmente observador, no a menos que valiera la pena observar algo.

Pero luego, una noche, Remus estalló. Los merodeadores estaban estudiando en la biblioteca (bueno, Remus y James estaban estudiando. Peter se había quedado dormido en su libro de Astronomía, y Sirius estaba tratando de descubrir cómo encantar las constelaciones de las páginas y en su rostro), una mesa al lado de un grupo de chicas que habían estado riendo y susurrando durante la última media hora. Después de una ronda particularmente aguda de chillidos, Remus golpeó la mesa con las manos.

"¡Eso es todo!" Declaró, empujando su silla hacia atrás para ponerse de pie, "Me voy".

"¿Qué?" Sirius levantó la vista desde donde tenía su varita sobre la nariz de Peter. Se las había arreglado para mover a Capricornio sobre el puente de la nariz del niño dormido.

"Honestamente, Black... no puedo llevarte a ningún lado... ¡apenas me oigo pensar!" Remus refunfuñó, recogiendo sus cosas. James negó con la cabeza, divertido.

"¿En que estas?" demandó Sirius, indignado por ser culpado por... lo que sea que tenía a Remus tan molesto. Había estado perfectamente en silencio, en su mejor comportamiento, ¡incluso había susurrado cuando lanzó su hechizo!

Remus lanzó una mirada significativa hacia la mesa de las chicas, deslumbrante. Sirius parpadeó, luego se dio la vuelta, estirando el cuello para ver a quién se refería Lunático. Otro ataque de risitas estalló cuando las chicas lo vieron mirando.