Red Bullet

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Muchos podrán no estar de acuerdo con él, pero O'Hara se considera un hombre honesto. Es leal a su palabra, y le gusta hacerla valer, no por cualquier cosa la gente suele entender que una cruz con un círculo es su marca personal. Un Alfa bueno, generoso si tiene que decirlo, por no decir que en realidad todas sus buenas cualidades suelen ser opacadas por su arrogancia y egocentrismo. Su temperamento es lo peor, pero, nadie puede juzgarlo, no cuando tiene el trabajo que mantiene. No cuando tiene miles de cuellos a disposición para cortar.

Sí, se considera un hombre con pocos escrúpulos. Eso no es algo que pueda negar, y tampoco pretende hacerlo, le parece tan siquiera de mal gusto que tuviese que fingir que tiene alguna clase de moral, por supuesto que no. Tiene pocas reglas y limites que no deja cruzar a nadie en su línea de trabajo, entre ellas, la política de no niños dentro de aquella operación.

No es un hombre al que le guste ensuciarse las manos, prefiere el sadismo desde lejos, pero jamás ha tenido miedo de ensuciar sus manos, ya estaban lo suficientemente sucias para empezar.

Le encantan muchas cosas, entre ellas, le gusta el pan dulce, y los tamales. Le encanta el champurrado de su madre, y el sazón tan peculiar que tiene cuando hace pozole rojo. Por supuesto, los antojitos son parte de su cultura, al igual que la violencia. Ha crecido totalmente ajeno a la paz de la que gozan los gringos. Por alguna vez ha tenido la imprudencia de tan siquiera creer que alguno de ellos puede que le agrade, y que no sea tan irritante.

Grave error. Error que sepultó tres metros bajo tierra, claro está.

Pero aquél había sido un evento extraño, no lo esperó, mucho menos de un americano, ¿Quién había intentado por todo medio que le llegara a las manos aquella información? ¿Qué clase de hombre es aquél que es capaz de hacerle llegar aquello? La curiosidad había picado una parte de su mente, con ello, al inicio lo ignoró, no era una petición que estuviera dispuesto a cumplir.

No va a ser el capricho ni objeto de disección de un reportero cualquiera.

Pero oh, el hombre se había asegurado de hacerle ver que no esperaba que pensara tan siquiera en rechazarlo de golpe. Había algo que le había llamado la atención. Hubiese aceptado de inmediato si no fuera por Gabriel, su hermano, aquél que podía ser bastante juguetón, claro está, pero también es el que lo ayuda a mantener los pies en la tierra para no causar más masacres de las necesarias.

"Tengo información sobre alguien ha quien ha estado buscando, espero que esto le sirva, y a cambio me dé una exclusiva, prometo no robarle mucho de su tiempo."

Aquello habría sido el colmo si jugaban con él, pero o el hombre era realmente hábil o... era una trampa para algo más. Había captado su interés, es cierto.

Por ello cuando la información fue confirmada como cierta, terminó por tener los ojos en la mira en el premio. Un hombre castaño de ojos claros con una mirada de cachorro. ¿Por qué un hombre que destilaba tan buena moral trataba de encontrarlo? Peor aún, las dudas le asaltaron de por qué las pintas inocentes del hombre lo hacían sentir con la guardia alta; no, algún defecto el encanto debía tener.

Y con todo eso formado, había logrado decidirse.

Tendría lo que quería, una exclusiva. Quizá podría jugar un poco al gato y al ratón. No le molestaría para nada, considerando las circunstancias. Considerando sobretodo la información tan específica que le había proporcionado.

¿Qué clase de hombre era Peter Benjamin Parker? Un gringo cualquiera, quizá, pero uno que había captado peligrosamente su atención.

El castaño había quedado completamente sorprendido, esperaba en realidad ser rechazado, nunca creyó llegar tan lejos, pero ahí estaba, a expensas de que su tía May le había pedido que no fuera por los peligros.

Red Bullet | PARKHARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora