CAP III LA PEDIDA DE MATRIMONIO

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El trinar de los pajaros, el sonido de las hojas con el viento y los rayos de la luz del sol colándose por la ventana hicieron a la bella mujer de cabellos negros removerse en la cama y abrazar a "su oso de peluche" pero en lugar de la suave capa de un oso de peluche sintió un formidable pecho y velludo subió con temor su mano y se encontró con lo que temía un rostro y al abrir los ojos.

María: ¿Dionisio? (Dijo al son que se ponía de pie más rápido que un resorte).

Dionisio: Hmm... déjame dormir mujer (rescostandose boca abajo).

María: No pero tú qué haces en mi habitación (sentándose en la orilla de la cama).

Dionisio: (recordando lo que ella le dijo durante la madrugada)(sonríe de medio lado). Pues dormir que no ves que me dejaste muy cansado anoche.

María: ¿A qué te refieres? (Con temor en sus palabras).

Dionisio: A que más podría ser, a que anoche te acostaste conmigo, has dormido conmigo María.

María: No, no es que esto no puede ser (envolviendose en la sábana).

Dionisio: Pues ya fue y al parecer sí podía ser.

María: ¿Y notaste en mi algo diferente a las demás mujeres con las que has estado? (Con esperanza de que el se fuera cuenta de que ella había perdido la virginidad con él)

Dionisio: Si, si note una diferencia.

María: ¿En serio, y cuál fue? (<<Seguro ya se dio cuenta que era virgen y que perdí mi virginidad con él>><<Aunque la verdad no recuerdo nada>>).

Dionisio: Estabas más apretada que las demás mujeres con las que he estado, fuera de eso eres igual que todas ellas no hay nada distinto.

María: Así que solo eso hay de distinto? Bien...(asintiendo levemente con la cabeza y poniéndose de pie). Voy a ducharme.

Dionisio: ¿Qué no te vas a quedar aquí en la cama conmigo?

María: No te confundas, las demás mujeres se quedan contigo pero María Fernández Acuña no lo hará ya obtuviste lo que querías y lo que pasó en la madrugada en la madrugada se quedará no voy a decir nada más (caminando hacia el tocador).

Dionisio: Anoche no decías lo mismo condenada.

María: Anoche estaba borracha ¡Mírame! Por la borrachera no me quite el maquillaje no puede ser, esto es por culpa tuya ni siquiera me dejaste desmaquillarse ¡Ayy te odio! Por tu culpa ni mi cremita me puse (entrando al baño y cerrando la puerta du un tirón).

Dionisio: (en voz baja) En que me metí, se la creyó y ahora piensa que la desvirgue y que pienso que es igual que las demás, si supiera que ni un besito logré ¡Ya sé! Me voy a meter a bañar con ella seguro hago que se enojé o que me mate (poniéndose de pie y encaminándose hacia el baño) Se te olvidó ponerle seguro mi amor.

María: (de lo más tranquila de la vida lavándose el cabello).

Dionisio: (entrando si hacer ruido quitándose los boxer y metiéndose a la ducha). A ver haste para allá (empujándola hacia adelante).

María: ¡Baboso! Me asutaste que haces aquí (intentando taparse con sus manos) vete.

Dionisio: Ni te intentes tapar al final de cuentas ya te vi desnuda ya te pase la lengua por todo eso que tú tratas cubrir sin ningún éxito.

María: Una cosa es que me haya acostado contigo estando peda y otra cosa es que me estés viendo cuando ya estoy en todos mis sentidos.

Dionisio: Neta de cora te lo digo que eres más soportable cuando estás peda y ya no te estes quejando y dame shampoo.

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