»Metanoia 🌼 +18 [ Taennie ] AU "PAUSADA"

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—Creí que hoy ibas a salir con tu novio — la voz de mi madre me hizo soltar un suspiro y rodar los ojos.

—¿Ya vas a empezar otra vez, mujer? — mi padre habló antes de que yo lo hiciera, él soltó un bufido y empezó a desayunar, dejando en claro que quería que mi mamá ya no dijera nada, sin embargo, ella nunca le hacía caso a él.

—Te lo dije, ese bueno para nada, veo como te mira y ni siquiera te importa, ¿Acaso te gusta ser masoquista? Eres mi hija, eres mejor que eso, él no es para tí — papá se levanta de su silla, haciendo que el ruido que causó las patas de esta siendo arrastradas por el suelo, hagan que mi madre guarde silencio de pronto.

—Desde que nuestra hija empezó a andar con él no hay día en que estés en contra de esa relación, y me causa mucha rabia, porque Leo tuvo una relación pero y ni siquiera te opusiste, es más, dejas que tu hijo traiga a sus “amiguitas” a esta casa y se pase por el trasero las reglas de esta casa ni siquiera aporta nada — recalcó, solté un suspiro y recargue mi mejilla en la palma de mi mano, siendo ya algo monótono en mi día a día.

—¿¡Y eso qué? Siempre me recuerdas y me echas en cara eso, no tienes porque meterte, él ni siquiera es tu hijo como para que lo estés regañando por cosas que hace! — reclamo de vuelta.

—¡No será mi hijo de sangre, pero yo lo he criado y he mantenido durante todo este tiempo, al menos, deberías de obligarlo a que me obedezca!

Sin querer seguir más en ese lugar, tome mi mochila y mi teléfono de la mesa, ni siquiera me despedí, ambos estaban envueltos en sus peleas, así qué, les dí una última mirada antes de marcharme a la universidad.

Tome el autobús que me dejaba más cerca, y llegué veinte minutos antes, los que me servían para ir por mis libros y comprar una bebida energizante para soportar un poco el día. Después de pasar por mi casillero, me dirigí hacia la cafetería, en dónde habían algunos chicos tomando un café o simplemente terminando sus tareas en alguna mesa vacía.

—¿Qué deseas, linda? — sonreí con amabilidad hacia la señora Lee, quien era la encargada de las ventas en todo tipo de bebidas, incluso del café.

—Lo de siempre, por favor — ella asintió con una sonrisa, mientras que yo, saqué mi cartera de mi mochila y tomé un billete.

—Aquí tienes — tome la botella y le dí el billete, guarde mi cartera y ella me entrego el cambio. —Ten un buen día, cielo.

—Muchas gracias, nos vemos — me despedí nuevamente con una sonrisa, me dí media vuelta, sin embargo, me topé de lleno con una persona, chocando levemente con ella. —Oh, lo siento mucho, una disculpa — hice una reverencia.

—No te preocupes, yo no me fijé por dónde iba — sonreí al ver al chico de cabello castaño y de sonrisa cuadrada, mientras que a cada lado de él, un paso atrás, estaban dos chicos más, quienes también me sonrieron amables.