Un Error Tras La Perspectiva.

Capitulo 5

Aron.

Un lunes por la mañana, me levanté para seguir mi rutina diaria. Fui a la escuela y durante el receso estuve con Hannah, Darla, Johanna y Chelsea.

¿Cuándo volvemos a salir?–.Pregunte a las chicas.

–Hoy hay una fiesta en Sharsville, por la noche, celebran el aniversario del pueblo.–Contesto Darla.

–Si, vienen varias atracciones y traen una banda de música, en el centro.–dijo Hannah.

–Hmm... Yo no puedo ir, mis padres no me permiten ir tan lejos. —Dijo Chelsea con frustración.

–No me gustan ese tipo de celebraciones, siempre que iba era porque mis padres me obligaban–Dijo Johanna.

– Bueno, te obligaremos entonces–Respondi con una sonrisa burlona.

Johanna puso los ojos en blanco.

–¡Tenemos que ir¡–Solto Darla.

Nos pusimos todos de acuerdo para asistir a la fiesta, excepto Chelsea. Johanna al final terminó aceptando de mala gana.

Después sonó el timbre de la escuela y cada uno regresó a sus salones de clase. Hice mis deberes y una vez que terminaron las clases, regresé a casa para arreglarme. No trabajé, ya que nos dieron el día libre por la tradición festiva.

Terminé de bañarme y luego fui a mi habitación a vestirme. Después de eso, busqué mi celular, lo encontré y encendí la pantalla. Entré a los mensajes y decidí escribirle a Darla para ir al centro de Roswell.

"Me habías dicho que irías al centro de Roswell, yo también quiero ir a comprar algo. ¿Quieres ir juntos o te irás en tu motocicleta?"

"Pues, si quieres, es mejor que vayamos juntos ¿no?"

"De acuerdo. ¿Entonces paso por ti en 30 minutos??

"Esta bien, nos vemos"

Pasó la media hora, tomé las llaves del coche y salí a recoger a Darla.

Llegué aproximadamente en 10 minutos y toqué la puerta de su casa. Salió su abuela.

– Buenas tardes... - me interrumpió Darla.

—Vamonos.-Dijo.

Me despedí confundido de su abuela, no pregunté y ella se subió al coche.

Partimos hacia Roswell. Recorrimos varias calles del pueblo hasta llegar a nuestro destino. Bajamos del coche y entramos a una tienda de cigarros.

Sí, soy adicto.

Estuve unos momentos allí viendo las opciones y finalmente me decidí por una novedad de la tienda: sabor a moras.

Darla confesó que no iba a hacer nada en Roswell.

Bueno, pudo decir que solo quería acompañarme, para que enrollarse tanto.

–¿Tienes hambre?.–Le pregunte, para romper el silencio.

–No, pero se me antoja algo frio, ya sabes, por el calor.

Pensé de inmediato en una opción refrescante: un helado.

– Vamos por un helado –dije finalmente.

Darla asintió.

Fuimos a la heladería y compramos un helado para los dos. Yo quería de fresa, pero Darla no quiso, ya que no le gustan las fresas. Entonces lo pedimos de manzana verde con trozos de coco.
Nos sentamos en una banca del centro, a comernos el helado y platicar un rato.