Will Byers decide ofrecerse como voluntario para salvar la vida de su hermano sin pensar en el impacto que eso traería a su vida y a su distrito.
A D A P T A C I Ó N | hunger games
21.04. 2023
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Cortantes, helados copos de nieve muerden la piel expuesta de Will. El creciente sol está tratando de romper a través de la penumbra pero no está teniendo mucho éxito.
Hay suficiente luz como para ver los bultos de las formas que están más cercanas y un poco más. Las condiciones son perfectas, en serio. Excepto porque no puede localizar a Gareth y Eden.
Nancy y él bajan sus cabezas y arrastran los pies junto a los refugiados. Puede escuchar lo que se perdió ayer mirando a través de los postigos. Llantos, gemidos, respiraciones dificultosas. Y no muy lejos, disparos de armas.
—¿Tío, para dónde vamos? .- un pequeño chico tiritando le pregunta a un hombre que va cargando una pequeña caja fuerte.
—A la mansión del presidente. Ellos nos van a asignar un nuevo lugar para vivir.- resopla el hombre.
Nancy y Will giran saliendo del callejón y se esparcen dentro de una de las avenidas principales.
—¡Manténganse por el lado derecho! .- ordena una voz, y Will ve a los Agentes de Paz intercalándose entre la multitud, dirigiendo el flujo del tráfico humano.
Rostros asustados se asoman por las placas de vidrio de las ventanas de las tiendas, las cuales ya están siendo invadidas por los refugiados. A este paso, Alice podría llegar a tener huéspedes nuevos para el almuerzo. Fue bueno para todos que hayan salido cuando lo hicieron. Ahora el día está más brillante, incluso con la nieve aumentando. Will logra ver a Gareth y Eden a unos treinta metros enfrente de él, caminando lentamente con la multitud.
Will quiere estirar su cuello para ver si puede localizar a Mike, pero no puede hacerlo, y a cambio logra vislumbrar a una pequeña chica de aspecto curioso en un abrigo amarillo limón. El castaño codea a Nancy y baja ligeramente el paso, para permitir que una pared de personas se formen entre ellos.
—Podríamos tener que separarnos.- dice Will bajo su aliento—. Hay una niña..- no continuó por los disparos que rompen a través de la multitud, y varias personas que están cerca de él caen al suelo.
Los gritos rasgan el aire cuando una segunda ronda acribilla a otro grupo detrás de ellos. Nancy y Will se tiran al suelo, y se escabullen los diez metros hasta las tiendas, y se cubren detrás de una vitrina de botas de tacón de aguja fuera de una venta de zapatos.
Una fila de calzado de plumas bloquea la vista de Nancy.—¿Quién es? ¿Lo puedes ver? .- pregunta ella.
Lo que Will puede ver, entre pares alternativos de botas de pluma de color lavanda y verde menta, es una calle llena de cuerpos. La pequeña chica que lo estaba mirando está arrodillada al lado de una mujer inmóvil, chillando y tratando de despertarla. Y otra ola de balas corta a través de su abrigo amarrillo, manchándolo de rojo, tirando a la niña de espaldas. Por un momento, Will se queda observando la pequeña forma arrugada, y pierde la habilidad de formar palabras.
