Capítulo 3: La Llegada a la Preparatoria Berlín Brandenburg International School

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Alemania

Residencia Tsukino

Kenji (tomando desayuno con su familia): hoy comienza mi nuevo trabajo en las empresas Schneider

Serena (tomando su té): buena suerte papá

Kenji (tomando su té): también para ti y para tu hermano Shingo

Shingo (tomando su té): gracias papá

Ikuko (sonriendo): muy bien es hora de que terminen su desayuno y después a clases

Serena/ Shingo: si mamá

Después del desayuno

Shingo / Serena (saliendo): nos vemos

Ikuko (sonriendo): nos vemos

En la calle

Shingo (caminando al lado de Serena): ¿tu crees que nos molesten?

Serena (caminando al lado de Shingo): ¿Por qué dices eso?

Shingo (suspirando): porque somos japones y no alemanes

Serena (suspirando): no se esperó que no

Shingo (separándose de Serena): nos vemos Serena buena suerte en tu primer día

Serena: está bien también para ti nos vemos después

Shingo (despidiéndose de Serena): nos vemos

Mientras Serena caminaba veía su celular si tenía una llamada de Darién, pero no había ninguna llamada, ni mensaje

Preparatoria Berlín Brandenburg International School

Serena (viendo la preparatoria): es grande

En esos momentos se le acercaba el director

Sr Ferdinand (dirigiéndose a Serena): Bienvenida señorita Serena

Serena (reverenciándose): muchas gracias

Sr Ferdinand: no se preocupe en reverenciarme

Serena (dirigiéndose al Sr Ferdinand): en Japón hacemos eso en señal de respeto

Sr Ferdinand: no se preocupe aquí no le dirán nada si me acompaña le iré mostrando la preparatoria

Serena: muchas gracias

Salón de Clases

Mientras que el resto estaba en la lección de la señorita había un cuarteto que eran parte de la seleccion juvenil de Alemania de la preparatoria preguntándose como sería Serena

Cornelius (dirigiéndose a Franz): ¿Cómo será la nueva alumna?

Franz: no sé cómo será

Karl (susurrandole a Hermann): me interesa conocerla

Hermann: escuche que llega hoy

En esos momentos entraba el Sr Ferdinand con Serena

Srita Schröder: buenos días director

Sr Ferdinand: buenos días señorita Schröder le presento a la nueva alumna que viene de la preparatoria Juban de Japón

Srita no se preocupe yo la presento ante el curso

Sr Ferdinand: muy bien yo me retiro (retirándose)

Srita Schröder (dirigiéndose a los alumnos): silencio alumnos les presento a la señorita Serena Tsukino

Karl y el resto quedaban sorprendido por la belleza de Serena, para Karl al fin había conocido a la hermosa hija de Kenji Tsukino

Srita Schröder (dirigiéndose a Serena): puede presentarse

Serena (reverenciándose): mi nombre es Serena Tsukino vengo de Japón espero que nos llevemos bien

Mientras que Serena se presentaba Hermann le susurraba a Karl

Hermann (susurrandole a Karl): la japonesa es bonita

Karl (susurrandole a Hermann): asi es, aunque tiene un carácter dulce

Hermann (susurrandole a Karl): ¿no me digas que encontraste a tu emperatriz?

Karl (susurrandole a Hermann): cállate no se quien será mi emperatriz

Srita Schröder (dirigiéndose a Serena): muchas gracias señorita Serena puede sentarse al lado de la señorita Junguang

Serena (reverenciándose): muchas gracias profesora

En esos momentos camina hasta su asiento donde Karl le ve los ojos de un color azul donde se queda admirado con la belleza de la joven japonesa

Meiling (sonriendo): me presento soy Meiling Junguang soy de nacionalidad china y ¿tu?

Serena (sonriendo): soy Serena Tsukino yo soy de nacionalidad japonesa, aunque me siento incomoda ya que soy extranjera

Meiling: no te preocupes serás mi amiga y te hare sentir como una alemana

Serena (sonriendo): gracias Meiling

Meiling (sonriendo): de nada Serena

En esos momentos Karl queda maravillado con la sonrisa de Serena, pero se conocerá con ella con su arrogancia, aunque Serena le hará bajar su arrogancia y el destino hara su magia para unir a estos jovenes

Hermann (dirigiéndose a Karl): parece que el emperador encontró a su emperatriz que es muy bonita

Karl (dirigiéndose a Hermann): cállate ella es bonita, pero no sé si será mi emperatriz

Hermann (suspirando): nunca se sabe lo que dira el destino Karl Heinz Schneider nunca se sabe

Continuara...

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