Estaba en mi casa tranquilamente hablando con Sara por llamada mientras jugábamos a la play tranquilamente cuando escucho la puerta.
Me levanto a abrir y veo a Khea.
-Eu ¿Qué onda? ¿Qué haces acá?-Le digo apoyándome en el marco de la puerta.
-Mira, no te voy a mentir-Dijo el y yo me preocupe un poco-Tengo que decirte algo importante... La verdad, me volves loco. Te lo estoy diciendo sinceramente y no por boludearte ni hacerte una joda o algo te juro que realmente me estoy volviendo loco, siempre que te veo con Tomas o siquiera con alguien más me hierve la sangre y se me achica el corazón, ya sé que vos estás con Tomas y todo eso pero realmente quisiera que vos y yo en algún momento seamos algo y no tan solo amigos...
Mi corazón se estrujó con fuerza y solo me quedé paralizada viendolo. Miles de sentimiento caían sobre mí, lo que menos me esperaba hoy era está declaración pero una duda recorre mi cabeza si el sabe que estoy con Tomás, si el sabe lo mucho que lo amo ¿Por qué? ¿Por qué me lo dice igualmente?
-Tu silencio me deja en claro tú respuesta-Dijo y se marchó, sus ojos totalmente rojos y sin saber si por la droga o por las ganas de llorar.
Luego de eso me quedé unos segundos en el marco de la puerta apoyada pensando en lo que acababa de pasar, finalmente volví a entrar a mi casa. Me senté en el sillón y simplemente viendo al suelo, no sabía que hacer solo quería dormir y escapar un poco del mundo sin embargo un mensaje me saco que mis pensamientos.
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Realmente hoy no estoy de humor para verlo, solo quería quedarme en mi casa y no sé. Estar sola o algo así.
Tengo un fuerte sentimiento de culpa y ni siquiera se por qué. "No es tú culpa" dice mi mente "Sí lo es, no debiste quedarte callada" responde mi corazón, no sabía que debía hacer... No quería dejar mi amistad con Khea pero mi corazón le correspondía a Tomás...
No lo sé, simplemente voy a quedarme callada. Finjo demencia y sigo adelante.
Luego de aproximadamente 15 minutos fui al baño, me saque la ropa y me metí en la bañera. El agua era tibia y era reconfortante, me tranquilizaba estar en silencio sola en mi casa sin nadie que me interrumpiera o molestara.
Me puse a revisar el celular simplemente evadiendo e ignorando absolutamente todos los mensajes o notificaciones que me llegaban sin importar de quién eran.
Después de aproximadamente media hora salí de la bañera, me coloque una cómoda bata y me acosté en mi cama. Mentía si decía que no amaba dormir, se sentía genial. Estar desconectada y fuera de la realidad por unos minutos, poder escapar de tus problemas y simplemente estar ahí.
Estaba simplemente sentada en mí cama cuando una llamada me sacó de mi mundo.
-¿Hola?-Dije con tranquilidad y me tranquilizó la voz que escuche al otro lado.
-Hola mi nena-Escuche la voz de Seven hablar-¿Cómo estás?
¿Podía decirle la verdad? No sabía cómo describirlo. Tenía millones de cosas en mi mente pero como pude le hablé. Le expliqué todo a Seven perfectamente creo que sin saltarme ningún detalle.
-Díos, que día tan inesperado-Dijo él y escuché como tomaba una bocanada de aire-¿Querés que nos veamos?..
-Hm... Sí por favor...-Respondí. Necesitaba verlo, al menos me iba a ayudar o eso esperaba...
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Me encontraba en el sillón tomando té con Seven mientras charlabamos con tranquilidad.
-No lo puedo creer. En mi opinión, tenés que pensarlo unos días. Ya se que vos amas a Tomás y que tú corazón le pertenece a él y blah, blah, blah. Pero pensalo igual-Dijo él y le dió un sorbo a su té. El tenía té de manzanilla y yo de frutilla-Tipo, tienen una linda amistad ¿No? Sí el de verdad la valora y si es una persona madura va a saber cómo aceptar y superarlo.
Tomé un sorbo de té y lo miré.
-No estoy segura, pero si creo que es lo mejor... Gracias por estar siempre conmigo-Dije y le acaricié la mano-No sé que haría sin vos...
-Lo sé-Bromeó él-Bueno ¿Querés que hagamos algo?-Dijo con su característica sonrisa tranquila que irradiaba felicidad y paz.
Sin duda Seven es mi mejor amigo, me siento tan cómoda y confiada con él. Fué por mucho tiempo mi pilar.
-Sabes podríamos jugar a la play. A ver si está vez me ganas por lo menos una vez en el FIFA-Dijo y dejo su taza de té vacía en la mesita frente al sofá.
-Que sepas que soy muy buena, la otra vez andaba distraída nada más-Respondí y me dispuse a prender la play con tranquilidad.
-Sí, sí. Lo que vos digas Sofía-Dijo el con una sonrisa.
Y así pasamos la tarde, jugando, bromeando y simplemente siendo nosotros en realidad. Los infantiles que disfrutaban competir en el FIFA sin un premio que ganar, solo... Para jugar.
