Un soleado día de verano, Gema decidió dar un paseo por la playa para despejar su mente. Mientras caminaba por la orilla, disfrutando de la brisa marina y el sonido de las olas, se encontró con Denís, quien también estaba dando un paseo.
"Gema, ¡qué sorpresa encontrarte aquí!", exclamó Denís con una amplia sonrisa.
Gema devolvió la sonrisa, tratando de disimular su emoción al verlo. "¡Hola, Denís! Sí, es un día perfecto para estar en la playa", respondió con calma.
Denís se acercó a ella y comenzaron a caminar juntos por la orilla. La conversación fluía naturalmente entre ellos, como si el tiempo no hubiera pasado desde la última vez que se vieron. Gema hizo un esfuerzo por mantener la charla ligera y amigable, evitando dar indicios de sus verdaderos sentimientos hacia Denís.
Mientras charlaban y compartían risas, Gema sentía cómo su corazón latía con fuerza cada vez que Denís la miraba o la tocaba casualmente durante la conversación. Aunque quería disfrutar del momento, también se recordaba a sí misma que Denís tenía una novia y que no podía permitirse ilusionarse demasiado.
En un momento dado, Denís mencionó a su novia, quien vivía fuera de la ciudad. "Mi novia es increíble, Gema. Aunque vivimos lejos el uno del otro, estoy enamorado de ella y siento una conexión especial", dijo Denís con sinceridad.
Gema asintió, tratando de ocultar cualquier rastro de tristeza o desilusión en su rostro. "Entiendo, Denís. Es genial que tengas a alguien especial en tu vida", respondió con voz calmada.
En ese preciso instante, el teléfono de Denís sonó, interrumpiendo la conversación. Al mirar la pantalla, vio que era su novia quien llamaba.
"Perdona, Gema, tengo que contestar", se disculpó Denís antes de responder la llamada.
Gema asintió comprensivamente, tratando de disimular cualquier sentimiento de decepción que pudiera haber en su interior. Observó a Denís alejarse un poco para contestar la llamada, dándole privacidad para hablar con su novia.
Mientras esperaba, Gema aprovechó el momento para recoger algunas conchas marinas que encontró en la orilla. Trató de distraerse, pero no pudo evitar sentir una mezcla de emociones mientras pensaba en la situación.
Cuando Denís volvió a su lado, su expresión era una mezcla de alegría y preocupación. "Lo siento, Gema. Era mi novia, estaba un poco preocupada por algo en su ciudad. Es una llamada importante", explicó Denís.
Gema asintió con comprensión. "No te preocupes, Denís. Entiendo que tu novia sea una prioridad", respondió con una sonrisa amable.
Aunque se sentía un poco apenada, Gema sabía que debía respetar la relación de Denís y no podía permitirse mostrar sus verdaderos sentimientos. Decidió que lo mejor era mantener una amistad con él y darle el espacio que necesitaba para estar con su novia.
Denís la miró con gratitud y asintió. "Gracias por entender, Gema. Aprecio nuestra amistad y el tiempo que compartimos juntos", dijo sinceramente.
Gema le devolvió una sonrisa sincera. "Lo mismo digo, Denís. Aprecio mucho nuestra amistad", respondió.
Así, Gema y Denís continuaron su paseo por la playa, disfrutando de la compañía mutua y el hermoso entorno. Aunque las emociones de Gema seguían siendo un torbellino de sentimientos, se sintió agradecida por la sinceridad de Denís y por la amistad que compartían.
En los días siguientes, Gema se tomó el tiempo para reflexionar sobre sus sentimientos y sobre lo que realmente quería para su vida. Aunque había experimentado una decepción, también había aprendido más sobre sí misma y sobre la importancia de ser honesta con sus emociones.
Con el apoyo incondicional de Andrea y otras amistades cercanas, Gema encontró el consuelo y la fuerza para seguir adelante. Aceptó que el camino del amor y las relaciones a veces era complicado y que, aunque había enfrentado desafíos, seguía siendo una persona valiosa y merecedora de amor y felicidad.
Una tarde, mientras Gema compartía sus sentimientos con Andrea, su amiga la escuchaba atentamente. Aunque Gema trataba de mantener una actitud serena, Andrea pudo notar que había algo más en su mirada, una tristeza oculta que intentaba disimular.
"Gema, sé que dices que estás bien, pero te conozco lo suficiente para saber que hay algo que te preocupa", dijo Andrea con suavidad.
Gema suspiró y miró a su amiga con sinceridad. "Es solo que... me ha afectado más de lo que quisiera que Denís tenga una novia. Sé que debería alegrarme por él y respetar su relación, pero no puedo evitar sentir una punzada de decepción", confesó Gema con honestidad.
Andrea la abrazó con cariño. "Lo entiendo, Gema. A veces, nuestros sentimientos pueden ser confusos y contradictorios. Lo importante es que te des el tiempo que necesitas para procesar todo esto y que no te fuerces a sentir algo que no sientes", dijo Andrea.
Gema asintió, agradecida por el apoyo y comprensión de su amiga. "Gracias, Andrea. Es reconfortante saber que puedo contar contigo en momentos como este", expresó Gema con gratitud.
Andrea sonrió. "Siempre estaré aquí para ti, Gema. Somos amigas y eso significa que estaremos juntas en las buenas y en las malas", aseguró.
A lo largo de las semanas siguientes, Gema y Andrea continuaron compartiendo momentos juntas, fortaleciendo su amistad cada día más. Aunque Andrea todavía tenía dificultades para aceptar completamente la amistad entre Gema y Denís, sabía que lo más importante era respetar los sentimientos de su amiga y apoyarla en su camino.
Una tarde, Gema y Andrea decidieron dar un paseo por el parque cercano a sus hogares. Mientras caminaban entre los árboles y las flores, Gema decidió abrir su corazón nuevamente y hablar sobre Denís.
"Andrea, quiero contarte algo", comenzó Gema con cautela. "He estado hablando con Denís con más frecuencia últimamente. Nos llevamos muy bien y es alguien con quien puedo ser yo misma. Pero también descubrí que él tiene una novia que vive lejos, y eso me ha hecho dudar sobre cómo me siento respecto a él".
Andrea asintió, escuchando con atención. "Entiendo que pueda ser complicado, Gema. Pero recuerda que lo más importante es que sigas siendo honesta contigo misma y que tomes decisiones que te hagan feliz", respondió Andrea con empatía.
Gema asintió, agradecida por la comprensión de su amiga. "Tienes razón, Andrea. Solo quiero que sepas que valoro mucho nuestra amistad y que siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase", dijo Gema sinceramente.
Andrea la abrazó. "Lo mismo digo, Gema. Eres una persona increíble y te mereces toda la felicidad del mundo", expresó.
Con el apoyo de Andrea y la seguridad de que su amistad era inquebrantable, Gema sintió que podía enfrentar cualquier desafío que la vida le presentara. Sabía que aún había muchas incógnitas en su camino, pero estaba dispuesta a seguir adelante con valentía y determinación.
Así, entre risas y confidencias, Gema y Andrea continuaron su paseo por el parque, disfrutando del presente y sabiendo que el futuro les deparaba muchas sorpresas y aventuras por vivir. Y en ese momento, Gema supo que, sin importar lo que el destino tuviera reservado para ella, siempre tendría a Andrea a su lado, siendo su amiga y su apoyo incondicional en cada paso del camino.
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Destinos tejidos por el azar
Romance"Destinos tejidos por el azar" es una cautivadora novela de romance adolescente que nos sumerge en la vida de Gema, una joven trabajadora y ocupada en la bulliciosa ciudad. A medida que avanza en su día a día, conoce a Andrea, una chica misteriosa q...