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Era tarde, Dogmin estaba sentado en el sillón viendo alguna que otra serie, tenía puesto un suéter de lana color lavanda y aunque le quedaba algo grande le gustaba por lo cómoda que era.

En ocasiones pasaba su mano por su no tan abultado vientre de tres meses, estaba tan cómodo qué el sonido de la puerta abrirse lo hizo alarmarse, pero al llegarle ese olor a canela y naranja tan familiar se tranquilizó de inmediato.

-Omega bonito -habló Bin al momento que vio sentado a su omega, haciendo que el omega negara sonrojado se acercó al sillón, sentándose al lado del omega.

Su lobo extrañaba a su omega.

-¿Cómo te fue? Quieres que prepare el baño o quieres comer primero -Estaba dispuesto a levantarse para atender a su alfa, pero fue interrumpido cuando sintió como los labios de este habían atrapado los suyos. 

El beso era lento y suave lleno de cariño, Dogmin extrañaba eso, le gustaba mucho cuando Bin era cariñoso y le daba muchos besitos en toda su cara haciéndolo reír.

Cuando ya era tiempo de separarse, el omega tenía los labios un poco hinchados.

El alfa se acercó al omega, puso su cara cerca del cuello de su omega en donde este tenía una bonita marca hecha por él, beso esa parte unas tres veces haciendo estremecer a su omega, eso le encantaba. Se quedó otro ratito más , el aroma que desprendía lo tranquilizaba. 

-Amor ¿No quieres que te prepare algo de cenar? -Dogmin estaba contento de estar así con su alfa, pero también necesitaba que comiera algo después de un largo tiempo en el trabajo. 

-Vamos entonces, quiero probar esa deliciosa comida tuya -Alzó su rostro y beso la mejilla de su omega.

El omega se levantó para ir a la cocina, mientras que Bin lo ayudaba en poner la mesa, de reojo veía a su omega, admiraba cada movimiento y gesto que hacía, pero lo que le daba tanta ternura era su vientre abultado. 

Cuando se enteró que sería padre fue el hombre más feliz, aunque terminó desmayado unos minutos después de la gran noticia, su  mejor amigo a veces se lo recuerda y le hace burla con eso.

-Cariño, la comida ya esta servida -Sonrió, amaba y admiraba mucho a su omega.

Durante la comida, Dogmin le contaba lo que hizo en el día, como acomodar el cuarto de su cachorro, lavar la ropa, entre otras cosas. El alfa le estaba poniendo atención a cada cosa que su omega le decía. 

“Bonito omega. mío solo mío” pensó el pelinegro.

Cuando fueron a dormir Dogmin quería que su alfa le diera mimos. Y eso fue lo que obtuvo, primero fue un leve masaje en su vientre, las manos del alfa pasaban lentamente procurando no lastimarlo, cuando terminó dio varios besos sobre el estómago del castaño y susurrandole a su cachorro lo tanto que lo quería. 

Dogmin se acurruco en el pecho de Bin, el aroma que desprendía su alfa era tranquilizante, hasta sintió sus ojos pesados quedándose dormido.

Mientras que Moon Bin sonreía por lo tierno que se veía, tocó por última vez el vientre de su omega, sintió sus párpados pesados y unos minutos después se quedó dormido. 

Dulce omega | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora