Sae y Rin Itoshi eran hermanos lo cual desde pequeños ambos eran muy unidos, aun que Sae era 5 años mayor que Rin, lograban llevarse bastante bien. Para Rin, Sae era su mejor amigo en todo el mundo y lo quería demasiado, pero Sae al llegar a la pubertad empezó a sentir algo más que un símbolo de hermandad.
Ellos habían hecho cosas como bañarse juntos o vestirse frente el uno a otro desde que nacieron sin pena ya que ambos eran hermanos y para ambos era normal, pero dejó de serlo cuando Sae cumplió los 11 años, volvió a bañarse con Rin pero en igual de bañarse con calma como siempre sintió una punzada en su entrepierna una vez que Rin se agachó frente a él a recoger el jabón al piso.
Y así gracias a eso Sae dejo de bañarse y cambiarse junto con Rin ya que verlo desnudo o semidesnudo le provocaba una ereccíon y Sae se sentía muy sucio al excitarse con un chico y aun peor, ese chico era su hermano menor.
Sae aprendió a vivir con eso pero se hizo distante a Rin ya que pues no podía verlo de la misma manera y aun que notaba que eso a Rin le dolía decidió que era lo mejor para ambos ya que no quería hacer algo que no debía.
Pero todo se fue a la mierda un día que sus padres se fueron al supermercado...
En ese tiempo Sae tenía 14 años y Rin 9, sus padres los habían dejado solos ya que tenían que hacer las compras y justamente en ese día a Rin se le ocurrió estar en ropa interior por la casa.
No era la primera vez que andaba semidesnudo por su casa entonces a él le parecía normal pero para Sae era lo contrario.
Verlo de esa manera le provoco una fuerte ereccion que por más que intentaba bajársela masturbandose no lo lograba así que se cansó y fue con Rin.
-Hermanito-Le hablo Sae.
-¿Que pasa, Sae?-Voltea a verlo inocentemente.
-Ven, te enseñaré algo que hacen todos los hermanos para poder llevarse mejor entre ellos.
-¿Que cosa, Nii-chan?-El miraba dudoso a Sae y este le sonrió de manera perversa.
Sae comenzó a quitarse el short que en ese momento llevaba puesto y también quitarse su ropa interior haciendo que Rin lo mire confundido y asustado.
-¿Nii-Chan, que es lo que le pasa a tu entrepierna? ¿Por que esta dura y parada?-El niño preguntaba con inocencia.
-Es gracias a ti.
-¿A mi?
-Si y como tú me provocaste esto debes arreglarlo–Lo mira pícaramente.
–¿Como lo arreglaré hermanito?–Preguntaba con inocencia.
–Con tu boca.
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