06; Vengo atravesado por un lunes de terror.— ¡Flor! — dice sonriente el chico y la abraza con fuerza.
La mujer está feliz de ver a su sobrino después de tanto, lo envuelve entre sus brazos y comparten un emotivo reencuentro.
Lo cierto es que Florencia había estado viviendo un tiempo en el extranjero y, a pesar de conocer mucha gente y tener una mejor calidad de vida, no había otro lugar igual que Argentina.
Antes de volver a su ciudad había alquilado un departamento cerca de la casa de su hermana, para así poder visitar a su familia más seguido.— ¿Cómo estás? ¿Cómo va el cole? — le pregunta la mujer mientras caminan por el centro, casi llegando a su departamento.
Julián era el único que pudo recibir a Florencia ya que en dicho horario su hermanita estaba en la escuela y su madre en el trabajo.
— Bien, bien. Pasaron muchas cosas. — asiente caminando junto a ella.
La mujer sonríe.
— Ahora mientras tomamos mate me contás. — asiente y el chico le asegura que así sería.
Después de llegar a su departamento pusieron la pava con agua a calentar para el mate y empezaron a acomodar un poco de cosas mientras charlaban.
Julián le contó a detalle toda su corta historia con Enzo, y también empezó a relatarle su incipiente historia con Erling, pero se vió interrumpido ante la llegada de su hermanita y su madre.
Los cuatro terminan de merendar juntos y charlan por horas, todo se siente tan correcto, tan en su lugar, como cuando todavía se juntaba toda la familia los domingos para comer en la casa de la abuela y Julián jugaba con sus primos, tal cual.— Bueno, nosotras nos vamos a ir ahora porque hay tarea de la escuela para hacer y trabajo también. — dice Mariana. — ¿Vos venís ahora o volves más tarde, Ju? — le pregunta su madre y Julián mira a su tía.
— Quédate un rato más. — le contesta la otra asintiendo con una sonrisa.
Ambos despiden a Mariana y a la niña en la puerta para después seguir charlando.
Acomodan varias cosas en la sala y siguen tomando mate mientras conversan sobre temas variados.
Cuando la noche cae, Julián se despide de su tía prometiendole volver para terminar de contarle todo sobre erling.[...]
Es lunes por la mañana, ya casi dan las diez lo que significa que viene el recreo en pocos minutos.
Cristian está un poco confundido, desde que llegaron Enzo está completamente callado y el moreno siempre se caracterizó por ser un charlatán de primera.— Por fin recreo. — dice Leandro mientras se estira.
Todo el grupo sale al patio a sentarse a charlar, mientras que Enzo les dice que va a ir a la cantina del colegio en busca de un par de criollos.