César comenzó a conducir, yo solo miraba al por la ventana, no sabía si estar triste, avergonzada, enojada.
-y los mellizos?- pregunté mirando a César
-ahora si te acuerdas de ellos?- dijo sin dejar de mirar el camino
-Cesar no digas tonterías- volví a mirar a la ventana
-pues besándote con Cornelio no te veías muy preocupada por ellos- lo miré, su mandíbula estaba rígida de nuevo
-neta estás celoso?- pregunté sonriendo maliciosamente
-no estamos hablando de eso- me miró rápido y regreso la mirada al frente
-entonces dime dónde dejaste a mis hijos- el no decía nada -con tu amiguita?- pregunté molesta y el me miró rápido entrecerrando los ojos
-con mi amiguita?- preguntó y regresó la vista al frente
-si, con Jiapsi, porque estás saliendo con ella no?- dije ya en un tono de voz elevado
-para empezar no me grites- dijo tranquilo
-entonces dime dónde están mis hijos?- dije en el mismo tono pero el prefirió callar -si los dejaste con esa no te lo voy a perdonar-
-no les dijiste a los niños que se portaran bien con cualquier persona que yo les presente?- tenía una risa burlona -que hay de ti?-
-eres un idiota- dije volteando a la ventana
Desde que nos separamos no habíamos tenido una discusión, tratabamos de llevar un trato cordial y respetuoso, pero ésta vez, con tragos encima, me arme de valor, aunque realmente sabía que no debía reclamarle nada.
Al llegar a casa César se estacionó afuera, nos quedamos unos segundos en silencio.-gracias- dije mirando al frente
-te ayudo?- me preguntó mirándome
-yo puedo sola- dije mirándolo rápido, abrí la puerta del carro y salí de el, maldita sea, olvide que usaba tacones y uno de ellos me traicionó y caí al piso
-tn!- gritó Cesar desde el auto, no respondí, bajó rápido y se acercó a mi -estás bien?-
-si- dije quejándome, mire mi rodilla, tenía un raspón bastante grande
-te ayudo- me afirmó y yo solo negué con la cabeza
Me intente poner de pie, pero mi tobillo me dolió bastante y estuve a punto de caer de nuevo pero César me atrapó
-te ayudo dije- me repitió mientras me cargaba en brazos
Solo pase mi brazo por su cuello para sostenerme mejor, con dificultad saque las llaves de mi bolsa y abrí la puerta, César la cerró una vez que entramos y me subió directo a la habitación. Hacia mucho César no entraba aquí, me sentó con delicadeza en la cama y se sentó en la silla de mi vanity después de acercarla a la cama.
-dejame revisarte- dijo intentando tomar mi pie
-estoy bien- lo hice a un lado pero hice un gesto de claro dolor
-por un momento puedes dejar de ser tan necia?- me miró a los ojos y yo solo me quedé callada
Tomó mi pie y retiro la zapatilla, tocó mi tobillo y yo me queje un poco.
-solo es una torcedura- dijo poniendo mi pie en el suelo con cuidado.
Se puso de pie y fue directo al baño, regresó con el botiquín de primeros auxilios que teníamos preparado por cualquier emergencia.