Capítulo 7: "Todo guerrero necesita su espada"

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Seguí por un pasillo al que no sabía de su existencia a lady Aurora. Mientras veía su enjuta espalda, pensé en lo que podría decirme. No había estado ni un día entero entrenando, así que no entendía el porqué de mi llamada. Al caminar por ese pasillo en silencio, con solo el piar de los pájaros que se asomaban por el alferizar de las ventanas más cercanas, lady Aurora se detuvo. Paré antes de chocarme con su espalda. Había una pequeña puerta en el frente, tan pequeña que debía agacharme para entrar. Lady Aurora abrió la puerta, ya que se encontraba entre abierta y entró.

Temerosa, la seguí, agachándome con cuidado de no chocarme con nada. Todo estaba completamente oscuro, sin una luz que iluminase nada. Escuché el chasquido de algo y enseguida vi a lady Aurora alumbrando la estancia con una lámpara de aceite. Al instante, se veían unas escaleras con forma de caracol que bajaban. Así que, cómo era de esperar, bajamos esas escaleras. Un cosquilleo de intriga me acarició el estómago, tenía curiosidad con lo que vería allí abajo. Llegamos después de unos cuantos peldaños a otra puerta, esta vez, completamente abierta.

—¿Dónde estamos?— decidí preguntar, tras todo ese recorrido en silencio.

Lady Aurora no se giró.

—En la alforja— dijo sin más.

No entendí nada, pero al entrar ya lo comprendí. Había un montón de chimeneas, que se encontraban apagadas. Pude ver a los pies de éstas unas cajas, en ellas, espadas reposaban.

—Aquí es donde los herreros forjan las espadas para los guerreros— me explicó, a medida que avanzábamos por la sala— en esta ocasión, les he pedido que se marchen para poder hablar contigo.

—¿Y porqué?— exigí.

Lady Aurora dió media vuelta para mirarme. Sus ojos negros eran como el inhóspito espacio.

—Quería hablar contigo sobre tu destreza.

Parpadeé.

—¿Mi destreza?

Ella asintió.

—Con lo poco que he visto, he visto tu determinación a la hora de atacar a Seyi, y me sorprende el hecho de que no te hayas rendido— cogió una espada y la observó minuciosamente— los novatos suelen rendirse ante ella, como lo hicieron tus compañeros que, eso era lo que me esperaba de ti.

Escuché atentamente a dónde quería llegar.

—Y...— continuó, dejando la espada de nuevo en su sitio— no me esperé que pudiste hacerla daño, así que, te doy la enhorabuena.

Me sonrojé de la vergüenza. Gente que conocía solía darme la enhorabuena, pero ¿lady Aurora? Era lo nunca visto.

—Muchas gracias— agradecí, cohibida.

Se paseó de un lado a otro, como si estuviera pensando en más cosas.

— A parte de eso, su alteza me compartió el hecho de que tú has podido con un Blink— me declaró, lentamente— y eso es bastante impresionante, supongo que ya sabes porqué.

—Sí, sí, por supuesto...

Comprendí que a Zedrik le gustaba compartir mucho la información. Parecía su pasatiempo favorito. Lady Aurora se sentó en un banco que había por allí para hacerme un gesto para que yo también me sentara. Y así lo hice. Al estar tan cerca de ella, pude observar con claridad la infinidad de arrugas que tenía sobre su piel. Esta mujer debió de pasar por muchas cosas, y el hecho de que fuera líder de los guerreros junto con Zedrik, la hacía ver como un personaje muy importante.

—He estado pensando y creo que, por ser tú, mereces un arma.

Esas palabras me dejaron completamente alucinada.

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