2° Razones

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Nacho


Dagar siempre hace locuras y me enseña cosas súper raras de la tierra. Pero creo que esto supera cualquier estupidez que hayamos hecho.

Luego de hacerlos pasar y asegurar puertas y ventanas, me detuve a analizar detenidamente la situación.

Mí mejor amigo trajo un ángel en su mochila. Mucho que procesar.


Era muy pequeño; de un rojo brillante, con muchas hojas verdes por pelo. Dagar dijo que era un tomate. Por lo que sé, era una fruta, pero creo que está es más que eso. Por lo que tengo entendido los tomates no tienen forma humanoide ni usan jardineros.

Creo que tendría unos... ¿diez años como mínimo? tomando en cuenta su comportamiento infantil.

Él menor miraba curioso todo a su alrededor, sin ningún miedo, lo que podría significar dos cosas: o es demasiado inocente, o acaba de llegar al más allá y no sabe el peligro que significa para un ángel estar entre demonios.

Probablemente sean las dos, porque jugaba muy tranquilamente con su aureola y sus alas blancas de algodón, mientras Dagar lo tenía sentado en sus rodillas.


Tenía muchas preguntas y no sabía cómo hacerlas o por dónde empezar. Él tampoco había dicho nada importante desde que entró, por lo que me tocó a mí preguntar.


— Dagar, tío... ¿Por qué tienes un ángel? En serio me tomaste por sorpresa.


Dagar no contestó. Se lo veía tenso y no me miraba a los ojos. Su larga y fina cola cuál alambre se movía sin cesar. Era como ver a un condenado esperando la sentencia del juez.

Era extraño verlo nervioso. Dagar hace cosas cuestionables a veces, pero no es tonto, seguro en que tiene una buena razón para haber traído al niño consigo. Lo que no entiendo es por qué está así.

Entiendo que cualquier otra persona podría estar aterrada, quiero decir: está posiblemente violando alguna ley (aunque no sé si hay alguna ley sobre esto) y estamos en el castillo, donde vive el más peligroso de todos los demonios: mí papá.

Pero Dagar no es un cobarde. Él enfrenta el problema, y odia mostrarse asustado, incluso conmigo. Por eso digo que es raro, y muy raro.

Si; traer un ángel puede ser un problema grande, pero él no se pondría así. Y menos estando yo. ¿Es que se olvida que soy casi tan poderoso como papá?

Me enoja cuando Dagar se pone ansioso cuando literalmente no hay nada que temer.


—¡Venga, Dagar! ¡No muerdo, actúas como si en serio tuvieras miedo!

—¿¡Y dime por qué no debería!? No soy tan idiota como para no ser consciente lo que me espera si me descubren.

—Sí, lo sé; y tienes razón en eso. ¡Pero no tienes que ponerte nervioso conmigo! Pareciera que me tienes miedo. Me siento ofendido.

—Yo no estoy... Vale, en eso tienes razón, creo que los nervios se me subieron a la cabeza. Lamento si exagero, no te tengo miedo y lo sabes, pero tu papá... Bueno, es tu papá.

—Si... entiendo eso. Papá puede dar... miedo... ¡Pero relájate hombre! Conmigo no pasará nada.

—Si... pero no es solo eso lo que me preocupa.

𝗧𝗵𝗲 𝗛𝗲𝗹𝗹 𝗮𝗻𝗱 𝗧𝗵𝗲 𝗛𝗲𝘃𝗲𝗻 || La ComunidadMC/VillanosMCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora