El campamento de entrenamiento de ese año prometía ser muchísimo más entretenido que otros años. Más escuelas habían sido invitadas, y aunque eso solía significar que habría más contrincantes a los que enfrentarse, también significaba que Akaashi tendría que pasar menos tiempo con Bokuto. Ir despacio y esconderlo había sido idea suya, y durante los últimos seis meses lo habían podido conseguir, pero ahora que habría más gente a su alrededor, Akaashi tendría que reducir el tiempo que podría pasar al lado del albino. Y ocultar sus sentimientos.
En parte le molestaba tener que hacerlo, pero lo habían hablado días antes de la concentración y ambos habían estado de acuerdo. Podrían verse a ratitos, buscarse cuando los dos estuviesen solos y darse entonces los mimos del día. Al menos les quedaba eso. El moreno sabía que, en cuanto Kuroo pusiese un pie en su instituto, perdería de vista a Bokuto. Y así fue, nada más llegar. Intentó no mostrarse molesto por ello, sonriendo al mismo tiempo que saludaba al resto del equipo y en especial a Kenma, que le dedicó un encogimiento de hombros y una sonrisa de disculpa, como si compartiera sus pensamientos.
El resto del día lo pasó observando a Bokuto correr de un lado hacía el otro acompañado del pelinegro. Los partidos de entrenamiento empezarían al día siguiente, por lo que tenían toda esa tarde para disfrutar, distraerse y descansar antes de que empezase realmente la semana fuerte de entrenamientos. Akaashi decidió pasar el rato leyendo, puesto que nunca se le había dado demasiado bien comunicarse con los demás y lo de socializar no era lo suyo. Se escabulló de la cocina justo después de comer, sin que nadie se diera cuenta, y recorrió los pasillos del instituto hasta llegar a la clase que habían adjudicado al equipo.
Al entrar, dejó la puerta cerrada a su espalda y se encaminó hasta la mochila, para poder sacar de su interior el libro que estaba leyendo. Se dejó caer en el suelo, abriéndolo por la página y sujetando el marca páginas con dos dedos en la parte de atrás. Durante los primeros minutos consiguió perderse en las letras de las páginas, pero después de ese tiempo, su cabeza se llenó de un único pensamiento: Bokuto. No se podía decir que Akaashi fuera dependiente del albino, pero en los días previos a la concentración también habían sido cuidadoso y sus encuentros se habían reducido tanto que Akaashi había llegado a extrañar sus besos.
Dejó escapar un pequeño suspiro, frustrado, y cerró el libro de un golpe, sin pararse a poner el marca páginas. Cerró los ojos, apoyando la cabeza contra la pared, respirando hondo. A veces, por su cabeza pasaba la posibilidad de decirle a Bokuto que hicieran lo suyo oficial. Que dijeran al resto del mundo que estaba enamorados. Pero una parte minúscula de él se sentía aterrada al respecto, pensando que quizás alguien podría oponerse a su felicidad y fastidiárselo todo. Sólo llevaban saliendo seis meses, y ambos eran muy jóvenes. Y tampoco sabían cuánto podrían durar así.
El sonido de la puerta le hizo dar un respingo, abriendo los ojos. Bokuto se encontraba frente a él, y le miraba con una pequeña sonrisa. Akaashi intentó corresponderla, pero por la mueca que se formó en el rostro del albino, supo que no había llegado a sus ojos. Le vio cerrar la puerta a su espalda, y escuchó el sonido del seguro al ser puesto. Volviendo a suspirar, Akaashi apartó el libro de su regazo, colocando el marca páginas plastificado sobre él, sin preocuparse en intentar volver a ponerlo en su lugar.
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Colours of you ✨ Bokuaka [Haikyuu]
Fiksi Penggemar« Estoy cubierto de tus colores. » - Los personajes no me pertenecen, créditos a: Haruichi Furudate. - Créditos del fanart de la portada a: yuramori_hq (twitter) - Las historias dentro de este libro son IDEAS propias. Prohibida la copia o adaptació...