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Quizá no todos los cuentos son perfectos.

El príncipe Jimin, llegó hasta el reino perteneciente a la dinastía Jeon, con la promesa de convertirse en el próximo rey. Las esperanzas de su pueblo y todos los de donde provenía estaban puestas en él, debia conseguir la corona antes de que su hermano pusiera en marcha el plan de atacar a los jeon, si lo conseguía el desistiria de esa estupida idea que traeria como consecuencia la muerte de muchos inocentes. El matrimonio no era su único reto, no, también debía lograr enorgullecer a sus progenitores, en especial al rey Park, quien se había encargado de dejarle en claro las expectativas que debía superar.

"Es tu misión conseguir una marca de apareamiento, sin importar cuáles sean los métodos debes conseguirla, si de verdad quieres que me sienta orgulloso de ti"

Viajo durante tres dias, cuando llego al castillo fue instalado en una gran habitación alejada de los miembros de la familia real e inclusive de los propios sirvientes. Jamas vio a Jungkook desde que llegó al lugar, solo la reina lo recibió con una excusa barata sobre por qué el alfa no pudo presentarse, ella dijo "ha estado muy ocupado pero, te envía saludos y te da la bienvenida" creyó esas palabras los primeros días hasta que los rumores llegaron a sus oídos todos coincidían en que Jungkook tenía una relación sentimental con su concubino, incluso decían que su harem fue reducido a una sola persona desde el momento en que empezaron a salir. ¿Cómo se supone que conseguiría lo propuesto?

Mantenía claro su objetivo en su mente todo el tiempo, un recordatorio de lo mucho que debía esforzarse para cautivar al príncipe Jeon Jungkook, estar comprometidos no era sinónimo de fidelidad y eso lo descubrió; no había alguien que se atreviera a faltarle el respeto al hermoso concubino de este.

Una multitud de personas se hallaban en el gran salón de paredes doradas, algunos portaban sus brillantes joyas, los descendientes más pequeños llevaban coronas de flores, trajes de ceda y costosas telas refinadas. El mundo al que siempre perteneció se volvería lejano sin darse cuenta. La atención de Jeon sería una condena que despreciaria en el futuro.

"A todos los presentes queremos darles nuestro más sincero agradecimiento, reyes, príncipes, infantes, nobles y todos los que nos acompañan en esta noche. Esta ceremonia tiene como objetivo anunciar el compromiso de nuestro  heredero el príncipe Jeon Jungkook, con un joven hermoso perteneciente a uno de los reinos más leales a sus alidos, es por eso que nos complace que el príncipe Park Jimin, esta de manera oficial comprometido. Que Dios y la diosa luna bendigan esta futura unión"

La multitud aplaudió, comenzaron a acercarse a Jimin para felicitarlo, no supo a donde se fue su prometido, a él se le hizo sencillo esfumarse y dejarlo; claro que se le haria fácil dejar de lado sus responsabilidades para ir a los brazos de su amante. Lo dejó solo en medio del gran salón que ahora estando lleno de personas le causaba más temor, después de mudarse y separarse de su familia para tomar su propio camino se contemplo a si mismo sin nadie, hasta los monstruos de su cabeza lo abandonaron. Los rumores eran todos ciertos el príncipe Jeon estaba enamorado de su concubino.

El tiempo no se detiene para nadie. No lo hizo para Jimin, pasaron dos meses desde que llegó al castillos, era imposible no sentirse como un extraño ahí, en los libros que leyó durante su adolescencia los príncipes eran tan queridos por sus súbitos, tenían una buena relación con los demás pero, en su realidad él estaba sólo, cuando la hora de la cena llegaba nadie lo acompañaba, incluso ni se atrevían a devolverle el saludo lo dejaban con las palabras en la boca, muchos lo trataban como a un sirviente más y si no deseaban caminar hasta el comedor para servirle los alimentos no lo hacian, se encontró a sí mismo llorando por las noches en el grande cuarto habían sido desconsiderados tantas veces con él pero nunca habían llegado al punto de restringirle su alimentación o ignorarlo como si fuese un fantasma.

Sus pasos se dirigían al jardín, detestaba la parsimonia de todos sin embargo, cuando la hora del té se asomaba podía tomarse el tiempo para sentarse en el hermoso jardín lleno de flores, el lugar siempre estaba desocupado podía sentarse a leer o admirar el paisaje por si mismo, un bosque se encontraba detras del inmenso castillo y por lo que parecia tenia más de 500 hectáreas de extensión, le divertia pensar en los animales que habitaban dentro de ese lugar. Una presencia desconocida estaba justo detrás suyo, no conocía el olor de la otra persona de igual manera consiguió molestar a su lobo.

"Debes ser Park Jimin" al ser mencionado mueve su cuerpo para darle frente a quien le esta hablando; es un chico de ojos claros como la miel, su piel parece tan blanca como la de un muñeco de porcelana al lucir tan impecable, por mucho puede afirmar que es un omega como él, desprende un olor como el de la brisa luego de la lluvia. Su belleza es innegable y le otorga un aire etéreo.

"Así es" hace una reverencia, su cabeza tropieza con unas ramas y finge que nada ha sucedido para volver a su postura normal. El contrario se ríe pero rápidamente la mueca en su rostro cambia a una de desagrado. Piensa en lo estúpido que es Jimin para ser un príncipe, es tan torpe que no se siente amenazado en lo absoluto.

"Escuche maravillas de ti, lastima que solo son habladurías de aquellos que se entrometen en los asuntos de los demás"

"Disculpe, no es mi intención sonar grosero pero yo no debo cumplir las expectativas que tenga sobre mi"

"Agh, no eres más que otro principito molesto con la vida resuelta" escupe con resentimiento.

Jimin no sabe por qué su presencia lo perturba, el chico aparenta ingenuo y al mismo tiempo parece representar una amenaza. Se encargará de demostrarle que no lo intimida.

"¿Quién eres?" Inquiere con tranquilidad

"Apuesto que has escuchado sobre mi, es decir estoy en boca de todos, no finjas"

"De verdad no tengo idea sobre quien eres"

Las palabras de Jimin ofenden al chico quien toma una taza de té caliente situada en la mesa y se la arroja al cuerpo. Hysukmy necesita la constante confirmación de que importa a pesar de no pertenecer a ninguna familia real, su puesto como concubino ha generado en él la ambición y el deseo de ser respetado por los demás. El cuerpo de Jimin se sacude por el calor al tocar su piel, deja escapar un grito ahogado por el ardor, retrocede unos metros con la respiración acelerada, por supuesto le exalta la acción en su contra aún cuando no ha sido despectivo en su manera de referirse.

Se oye el nombre "Hysukmy" siendo gritado por alguien, ambos voltean encontrándose con el príncipe Jungkook, cuando el chico lo nota corre a sus brazos cambiando por completo su personalidad. Jimin se siente molesto al ver a su prometido corresponder el abrazo, no fue capaz de aparentar felicidad en la ceremonia de anunciamiento de su matrimonio e inclusive lo dejó tirado a mitad de la noche, y ahora abraza a ese extraño en sus narices.

"Gjuk, el príncipe Jimin trató de arrojarme su bebida caliente, por suerte me di cuenta y terminó sobre él todo el líquido" falsas lagrimas y un miedo sobreactuado aparecen en su rostro "Se ha quemado ayudalo por favor"

Jungkook le da una mirada molesta y arrastra al chico consigo lejos de ahí, ni siquiera sabe como reaccionar al ser acusado falsamente y también al ser reprendido con la mirada por algo que no cometió.













Esto no es amor, ya saben
Va a ser corta y super breve como de 5 a 6 capítulos.
Besos

EL PRÍNCIPE HUMILLADO  KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora