III

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Narrador Omniciente

El chico de trenzas estaba en su estudio con algunos ingresos de la semana pasada, Tom ha llegado a matar a sus trabajadores de contabilidad por lo que no lo convencen mucho, y claro, para no dejar cabos sueltos, mata a los que ya no son necesarios.

En un instante, al chico de trenzas le llego un leve recuerdo de su noche de negocios, no pudo evitar pensar en aquella chica de pelo negro azabache quien es su socia.

Las imagenes de la chica con aquel vestido lo volvia loco, pero Tom no queria admitirlo para el, el amor es una gran perdida de tiempo, quien sienta aquel afecto es patetico y debil.

El sonido de la pierta siendo golpeada lo saco de su pequeño trance.

-Tom, tenemos un problema. -dijo Georg entrando a la oficina.

-¿Ahora que mierda pasa? -dijo con disgusto.

-Lukas...-termino Georg.

-¿Que con el imbecil?. -Tom miro a los ojos a Georg.

-Quiere negociar a la chica.

-¿Que chica? -pregunto confundido.

-Mia...-susurro.

-¿Quien?

-Mia, Mia Ascania, el la quiere. -dijo temeroso.

-No. -dijo levantandose. -¡Ella no esta en venta carajo! -gritó con molestia y enfado.

-Tom....

-No.

-El esta aqui.

-Matalo.

-Tom es uno de tus socios mas antiguos.

-Me importa un carajo.

-Solo vengo a hablar Tom. -dijo aquella voz entrando al estudio.

-Ella no esta en venta, trabaja para mi. -dijo Tom mirandolo.

-Lo se, pero la quiero.

-No.

-Tom, mira...hariamos gran dinero con ella.

-¡Que no mierda! -gritó con desespero. -largo.

-Tom.

-Mia no irá a ninguna parte, es mi socia, la que lidera en finanzas, hija de River. -dijo mientras rodeaba el escritorio para acercarse a este. -Y si es tocada, mataré al curioso.

-Tom, solo es una chica.

-Largo.

-Tom piensalo.

-¡Largo!

El chico salio sin despedirse, una vez desaparecio por el pasillo, Tom le hizo un gesto a Georg que entendió a la perfeccion.

Tiempo despues Tom mando a llamar a Mia, no sabe por que lo hizo, nunca en su trabajo a llamado a los de finanzas, de eso se encargaba Bill pero por alguna razon el queria verla.

Tom se levanto y se sentó en el gran sillon para fumar un cigarro mientras bebia un poco de alcohol.

Bill entro por aquella pierta sin aviso, llamo al mayor para avisar que aquella chica de cabello azabache ya estaba en el lugar.

-Dejala pasar.

-Kaulitz. -saludo Mia mientras entraba y se sentaba en frente de este.

-Niña. -respondio sin mirarla. -¿Que me tienes para hoy?.

-No soy tu asistente. -dijo con neutralidad.

-¿Quieres serlo?

-No. -dijo mirandolo a los ojos. -Solo traje esto. -entrego un sobre amarillo con las cuentas dentro.

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