Anni. La Profecía © Tomo I

Capítulo 9-A

    ÁLEX:

     Dejo a Anni en la cama. Róbert nos hace una pequeña seña para que lo sigamos. Después de apartarnos de Anni, él comienza a hablar.

     —Es complicado hablar de esto, no lo había confesado a nadie. —Suelta Róbert, levemente nervioso.

     —Hermano, ¿eres gay? —Max arruga la frente y abre grandemente los ojos—. No soy homofóbico pero...

     —¡NO! —Contesta Róbert, horrorizado, cortando las palabras de Max—. La cosa es que yo... Soy un licántropo.

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     ANNI:      Observo el cuarto, es grande, un poco más amplio queel de mi casa, tiene una inmensa cama blanca de madera con una especie demosquitero blanco colgando de una base de madera encima de la cama y éste caehasta el suelo, dándole vistosidad a la misma. La cama está llena de almohadasy cojines blancos, morados y rosados. Un lindo y suave edredón lila será el encargadode mantenerme calentita durante la fría noche.

     Tiene una peinadora blanca con un espejo, un inmenso closet blanco, lámparas decorativas doradas que cuelgan del techo y hay dos de ellas instaladas en la pared. En una de las paredes hay un gran espejo de cuerpo completo con bordes blancos, y en la otra pared hay una puerta que supongo es el baño y...

     Espera, si tengo el tobillo lastimado y no puedo caminar, ¿cómo me trasladaré al baño si me da ganas de ir? Bueno, ya veré...

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ÁLEX:

     Arrugo mi ceño.

     —¡NO! La cosa es que yo... Soy un licántropo. —Confiesa Róbert.

     ¿Es un qué? —Mi entrecejo se arruga ante el desconcierto.

     —Hombre, no inventes cosas, habla en serio. —Dice Max, ligeramente molesto.

     —¿Licántropo? —Pregunto confuso. Primera vez que escucho ese término.

     —No estoy bromeando. —Róbert se voltea en mi dirección—. Se puede decir que los licántropos son seres que son mitad humanos-mitad lobos.

     Max tiene la misma expresión confusa que tengo yo. Aún no sé si Róbert nos está tomando el pelo, jugándonos una broma, o es que se pasó de tragos y le afectó el cerebro.

     —¿Y por qué lo mencionas ahora? —Pregunta Max en tono incrédulo.

     —Porque ustedes la conocen mejor que yo, y quería su opinión. ¿Creen que deba decírselo a Anni también, o creen que se alejará de mí si lo hago?

     Max lo observa y contesta.

     —Ella siempre se entera de la verdad, así que, sea cual sea, dísela.

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     ANNI:

     —Anni... —Musita Róbert.

     —Dime.

    —Verás, en la antigüedad, los licántropos, vampiros, sirenas, duendes y otros seres más, vivían junto a los humanos en un lugar llamado Terra. —Levanto una ceja y arrugo el ceño en señal de incomprensión.

     —¿Qué?

     —Escúchame por favor. —Asiento con mi cabeza—. Algunos humanos se sentían inferiores y envidiosos por no poseer poderes o características especiales que las otras criaturas sí tenían. Por otro lado, algunas de las otras criaturas se aprovechaban de su poder, explotando a un grupo de personas. Muchos de esos humanos explotados se unieron y formaron "La Oscuridad", una asociación donde sus integrantes (llamados Oscuros), hicieron pactos con demonios para obtener poder y doblegar a las otras razas, incluyendo también a los mismos humanos. Los Oscuros se volvieron seres despiadados y crueles. En contraposición a ellos, una parte de la humanidad pidió ayuda a los ángeles, creando así a "La Luz". —Prosigue él, contando la historia tranquilamente como si fuera normal para mí escuchar eso.