dos

158 26 0
                                    

Jeon JungKook: Diablillo.


Jeon Seung fue ascendido luego del asesinato de Jackson, su compañero de plaza. Ocupaba un rango mayor dentro del campo y pasó de ser el sucio Jeon al segundo comandante.

Día con día, frecuentaba las calles del club que habían despejado años atrás. El distrito había cambiado, los pequeños locales se expandieron y ahora reinaban restaurantes y tiendas americanas. Optó por darse una vuelta, su estómago vacío pedía a gritos un pedazo de carne bien fresco, se bajó de su motocicleta y entró en el primer local que abrió sus puertas para él.

— Bienvenido... ¿Jeon?

Lalisa no lo había olvidado. Noche tras noche, soñaba con el hombre que le quitó la soga del cuello y le auxilió en un inigualable delirio. Seung sonrió en grande.

— ¡Dichosos los ojos que te ven, dulzura!

Las sonrisas que compartían lo decían todo. Se presentaron formalmente y el mundo se detuvo, las personas a su alrededor se esfumaron y se convirtieron —en tan solo segundos— en el centro del extenso universo del cual formaban parte.

La complicidad fue al instante. Lalisa no se negó cuando se ofreció esa noche, ni las siguientes, para acercarla a su hogar. Pronto terminarían entre sábanas, jurándose en jadeos un glorioso amor eterno.

;

— Estás embarazada —fueron las palabras que emitió el doctor luego de observar la pantalla del consultorio.

Lalisa acarició su vientre plano. En lugar de cosquilleos, sentía leves pellizcos que producían leves dolores. Optó por comentarle su situación al doctor y, pese a que en un principio se mostró indiferente, le indicó unas cuántas rutinas que debía de seguir para aligerar el malestar.

Tan pronto como Jeon supo de la noticia, lágrimas de felicidad corrieron por sus mejillas. Desde hace mucho tiempo, la dicha de ser padre lo ponía contento, el simple hecho de pensar en otro que se asemeje a él le hacía ilusión.

— Un bebé...—sonrió entre llanto— Al fin seré padre.

;

Un diablillo...—dijo Lalisa, retorciéndose de dolor, producto de los bruscos movimientos que su nene realizaba sin descanso dentro de su cuerpo —...eso es lo que eres, un bebé bastante travieso —golpeó más fuerte—...y aficionado a las artes marciales.

En aquel momento, su empeño dio frutos. Si un diablo deseaba, entonces el destino se lo concedería.

— Felicidades —habló el supervisor del nacimiento—, es un sano y gallardo varón. 

EVAN ↝kookgi |✅️| [+18].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora