En el lienzo del cielo, tímidos destellos emergen, la noche cede al fulgor de un amanecer sublime. Susurros de luz acarician la bruma matinal,una sinfonía dorada se alza en el horizonte. El sol, cual rey radiante, se alza majestuoso,desplegando sus rayos en un baile celestial.
Susurra secretos al viento, tiñendo el aire de oro, mientras despiertan los sueños en su cálido abrazo.El lienzo celeste se viste de tonos deslumbrantes,pintando acuarelas de rosa, naranja y carmín. Las nubes, etéreas musas, danzan en el éter,difuminando fronteras entre tierra y firmamento. La naturaleza despierta con un suspiro encantado, las flores despliegan pétalos en reverencia al sol.Los pájaros entonan melodías llenas de vida, celebrando el renacer en su sinfonía alada.
Los ríos, espejos de cristal, reflejan el esplendor, mientras los árboles susurran secretos ancestrales. El mundo se viste de esperanza y promesa,mientras el amanecer acaricia cada corazón.
En este instante fugaz, el tiempo se detiene,y un espectro de apariencia celestial despierta.
El amanecer, poesía tejida por el universo,lo envuelve en su manto de belleza y trae el despojamiento de los sueños que trae consigo el anochecer.Poseidón se levanta de su pequeña cama, sintiendo como su barriga voluptuosa le pesa al hacerlo aunque logra mantenerse firmé el suficiente tiempo para vestirse e ignorar el dolor en lumbar que le carcome en esos momentos, estos meses de gestación han sido realmente horribles en el aspecto físico y si sumamos el aspecto emocional, la situación vaya que empeora; La ausencia de su Alfa en este proceso solo causa que su humor empeore, no solo son ataques de ira repentinos si no también los constantes lamentos por el desajuste hormonal.
El Omega solo suspira, sabe que nada de eso cambiará pero a pesar de todo mantiene la esperanza ingenua de que algo volverá a ser como antes.
Como antes
La puerta de su habitación se abre bruscamente haciendo que el rubió se sobresalte un poco, en escena entra una preciosa mujer que sin dudar se aproxima a Poseidón y se abalanza a él; abrazandolo de un modo firme pero manteniendo el cuidado en él debido a su embarazo.
──Poseidón, no vas a creer lo que encontré.
──¿Qué encontraste? ¿Otra piedra con forma de corazón?
──No, encontré algo mejor.
──¿Qué puede ser mejor que eso, Anfitrite?
──¡Esto!
Anfitrite saco de entre sus ropas lo que parecía ser una perla, una perla envuelta en seda para protegerla de cualquier desperfecto que pudiera acontecer, Poseidón abandonó su expresión indiferente y un cierto brillo despertó en sus ojos.