Rhea no sabía que estaba pasando.
A ella, a su ser, a su ambiente, a su naturaleza.
Es como si en algún punto hubiera perdido el rumbo de su camino y se encontrará rodeada de una neblina tan espesa y fría, pero que era obligada a pasar por ella por una dirección que ni siquiera existía.
Todo era tan tranquilo, no sabe cuándo dejó de serlo.
Si miraba al pasado, podía verse a sí misma cuidando de sus hermanos tan amorosamente, mimarlos hasta hartar; cuidar que todo fuese en orden, y tratar de arreglar las cosas que se fueran de su lugar.
Ella era la Titánide de la maternidad y fertilidad, cuidadora de todo lo que fluye. Desde que nació había amado lo que representaba, y lo demostraba desde muy joven.
Entonces, ¿Qué cambió?
¿Qué carajos fue lo que cambió?
Tal vez, tenía una idea desde cuándo pudo empezar todo. Y ese era un evento que marcaría la eternidad.
La caída y muerte de su padre Urano. Y el ascenso al trono de su hermano Kronos.
Sabía que ese evento sería uno que marcaría su vida, pero no era lo suficiente para cambiarla a ella. Pero fue la línea de entrada al descenso de lo que ella sentía como su estabilidad.
En el pasado, si alguien le preguntara quien era, no dudaría en responder con tanta seguridad y confianza, demostrando en sus acciones que ella hacia a su nombre. Ella era Rhea, la Titánide cuidadora de sus hermanos, que incluso en la turbulencia de la revolución contra su padre, ella seguía siendo la misma, pero más fuerte y radiante, luchando contra el terrible momento de su vida.
Ahora, si alguien le preguntara quien era en ese momento…
Ella era Rhea, la esposa del Rey supremo del panteón griego, Kronos.
Pero seguía siendo la Titánide de la maternidad y fertilidad, la modelo maternal y matriarcal del reino griego. Kronos la había elegido no solo por sus supuestos sentimientos románticos hacia ella, si no también, por demostrar tener la fortaleza y ser una gran representación de las mujeres que el panteón griego podría albergar; belleza, feminidad, elegancia, grandeza, fortaleza, sabiduría, balance, poder.
Y sobretodo: estabilidad y alto sentido maternal.
Tener ese peso en sus hombros era el honor que se le concedió.
Jamás había experimentado tanta alegría que el día en que Kronos se le confesó, y el día en que se casó con él. Así que pensó que si pudo estar bien en el momento de la caída de Urano – aunque en ese momento se casaría con su asesino– podría estar bien, con la responsabilidad que venía a cambio de estar al lado de su hermano.
Estaba bien durante un tiempo, una vida pacífica al lado de su amor, de sus hermanos, de un reino próspero, sin sombras oscuras atormentando lo que ama, como lo había hecho Urano.
Tal vez estaba culpando tanto a Urano en ese momento para no permitirse llorar por él. Porque aunque terminó siendo un tirano que maltrataba a su familia, hubo un tiempo en él que fue genuinamente un Rey y padre amoroso y sabio.
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❝𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐈𝐎𝐒𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐇𝐎𝐆𝐀𝐑, 𝐒𝐎𝐘 𝐘𝐎❞ ⸻ SNV
Fanfiction❝¿𝘋𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴?❞ 𝐑𝐋𝐘 | Recordaba despertar y ver un cielo particular estrellado. No recordaba como había muerto. Recordaba sentir una sensación inexplicable al momento de ascender. No recordaba mucho de su antigua vida huma...