Un Alfa para Draco [Harco] Omegaverse

Prólogo.

Honestamente, la idea de este fic nació para ser One Shot, y tenía la esperanza de publicarlo para el cumpleaños de Harry, pero me enfermé y quedó con espacios en blanco que hasta hoy no pude cerrar. Como lo escribí en el celular, y aun sigo enferma, me estoy pasando de a pedazos a la compu para editar, por eso terminé dividiéndolo en base a la cantidad de palabras que vi contabilizadas. 

Respecto al fic:Todo pasó (menos el epílogo), lo de voldemort, horrocruxes, Draco adquirió la marca tenebrosa, Draco si buscó herir a Harry cuando lo encontró en el baño, Harry si lanzó el sectusempra. No se presentan con su segundo género hasta tener 17. 

Prólogo

Scorpius Hyperion Malfoy miró aquel mar de gente que se desplegaba frente a él, botas hundiéndose en la nieve bajo sus pies. A sus seis años, muy pocas veces salía de su casa, así que muy pocas veces veía tantas personas. Ni en la escuela veía a tantos, solo niños y niñas como él.

Pese a que su papá le advirtió que no se alejara, él se vio con la necesidad de buscar aquella capa roja que llamó su atención entre las personas. Lo vio cuando su papá lo apuraba a un negocio y podría buscarlo ahora que podía moverse solo. No sería difícil de encontrar, pensó, después de todo, un rojo como el de esa capa debería de verlo con facilidad.

Scorpius caminó, esquivando personas, otras no tanto y se vio empujado por túnicas o piernas apuradas. Hubo una que le dolió pero no lo demostró y siguió con su búsqueda. Caminó hasta que lo encontró. Sus ojos brillaron y se acercó corriendo a la espalda de su objetivo.

—Señor —dijo Scorpius a un hombre alto, de túnica roja, con el escudo del Ministerio en su espalda. Él conocía el símbolo del Ministerio, después de todo, unos señores en túnicas verdes con ese escudo iban una vez al mes a su casa y decían "Somos del Ministerio de Magia" señalando el escudo en su corazón.

El dueño de la capa roja se dio la vuelta. Tenía ojos verdes y a Scorpius le parecieron muy lindos pese a que estaban detrás de unos anteojos. El hombre le sonrió. A Scorpius también le gustó su sonrisa. Sólo su papá y sus abuelos le sonreían así.

—¿Sí, pequeño? —preguntó el hombre de ojos verdes.

—¿Es usted un Alfa, señor?—preguntó. Tenía muchas preguntas en realidad, pero esta era importante antes de las siguientes. Era vital. Si le decía que no, sabía que la siguiente sería preguntar si era un Beta. Scorpius llevó sus manos a su espalda y cruzó los dedos, deseando que fuera cualquiera de las dos cosas. No parecía un Omega.

Scorpius pensó en lo que su abuela le dijo de los Omegas: delicados (no sabía bien qué era ser delicado, pero sabía que su papá lo era, y este hombre no lo parecía) y... Scorpius no recuerda más. Hizo un mohín, esperando la respuesta con ansiedad.

El hombre, Harry Potter, pestañeó, sorprendido por la pregunta del pequeño que buscó su atención. Usualmente, los pequeños le preguntaban si era Harry Potter. Después, veían su cicatriz. Finalmente, le pedían un autógrafo.

Riendo hacia el pequeño, Harry se agachó un poco y sacudió el cabello rubio de este niño. Era una pregunta muy inusual, principalmente porque era de público conocimiento.

—Sí, soy un Alfa. —respondió finalmente. La mirada del pequeño parecía emocionada, y no tardó en hacer su siguiente pregunta.

—¿Tienes un Omega o un Beta?

Ok, el niño volvía a sorprenderlo con su pregunta. Todo el mundo sabía que no. Todos sabían que el día de su boda con Ginny, una Omega valiente y hermosa que hoy es su mejor amiga, salió huyendo.

—No. —dijo. El niño parecía más entusiasmado.

—¿Quieres ser el Alfa de mi papi, señor? Él es un Omega, uno muy bonito —¿Qué?—. La gente dice que como no tiene un Alfa, no pueden contratarlo para ningún trabajo —Harry empezaba a enojarse. No con el niño, sino con su papá. ¿Cómo se atrevía a mandarlo para engancharlo? Buscó alrededor al posible papá—. Y yo tendría un padre —continuó el pequeño—. Los chicos no me dejan jugar con ellos porque no tengo un papá —Harry volvió su vista al niño—. Le iré a contar a mi papi. Ahora vengo.

Y el pequeño salió corriendo.

Fue entonces cuando pasó. Un idiota que iba caminando con otros amigos, por alguna razón, miró con desprecio al pequeño, le apuntó con la varita y conjuró un hechizo.

El modo auror de Harry despertó.

—¡No!

Cuando detuvo al idiota y volvió para ver cómo estaba el pequeño, éste había desaparecido.