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La mirada aguada de Beomgyu veía como un gatito estaba atrapado en unos hilos que no podía desatar. Estaba bastante triste por no poder liberar a aquel felino, sentía que iba a seguir llorando si sentía que no podía hacer nada al respecto. Su labio inferior temblaba con culpa y sollozó mientras sus torpes manos intentaban quitar al pequeño felino de esas redes.

—¿Beomie? —un chico de doce años se acercó a él y Beomgyu le miró bastante triste.

—YeonJunnie, ayúdeme —pocas veces Beomgyu se dejaba ver de esa manera, tan sentimental y dolido por algo de lo cual no debía estar.

Yeonjun era alérgico a los gatos, pero le dolía más la alergia de ver a su Gyunnie de un once años estando triste y llorando a mares. Se acercó al menor y comenzó a desatar aquellas cuerdas blancas y finalmente después de media hora de esfuerzo pudieron liberar al felino.

La nariz de Yeonjun estaba roja debido a su alergia. Sus mejillas picaban y sorbeteaba su nariz a cada segundo. Sus ojos estaban levemente hinchados y algo rojos, pero estaba contento de ver una brillante sonrisa en el rostro de Beomgyu, quien sonreía feliz debido al pequeño gatito de cabellos grises y blancos.

—¡Gracias! —el menor se acercó a Yeonjun para poder abrazarlo con fuerza. Estaba realizado, sus ojos ya no lagrimeaban debido a que su tristeza ya no estaba ahí. —Sin tí no sé que haría.

—No agradezcas, Beomie —Yeonjun sonrió de manera leve, sintiendo que se le dificultaba respirar.

El menor tomó la manita de su amigo para llevarlo a casa nuevamente, donde le dio unas pastillas para la alergia y lo cuidó toda la tarde, mimándolo y consintiéndolo.


[...]



Yeonjun caminaba tranquilo por los pasillos. Bueno, se veía tranquilo. En realidad era un manojo de nervios porque todas las miradas estaban encima suya. Seguro Yuna había corrido a contarle a sus amigos y a todo el instituto que estaba junto a Beomgyu. No sabían que eran novios, pero las suposiciones de la gente no siempre eran erróneas.

Se apoyó sobre el marco de la puerta del salón viendo a Beomgyu dentro de este. Estaba ordenando un par de papeles y cuadernos para meterlos finalmente a su mochila. El timbre había sonado hace un rato y las clases finalmente se habían acabado aquel día, pero Beomgyu decidió esperar a Yeonjun dentro. Si salía seguramente le harían burlas o harían nuevamente actos como el quitarle la mochila y pasarla de mano en mano de las personas.

Claro, a Yeonjun no le hacían esas cosas por ser el popular y participar en varios concursos de baile. Beomgyu bailaba pero a solas, cuando estaba aburrido y su pereza se esfumaba ponía música en su casa y en soledad danzaba a su ritmo.

—¿Nos vamos, angelito?

—Sí, príncipe —Beomgyu aceptó la mano de Yeonjun cuando finalmente salió del salón.

Les daba vergüenza y nervios andar tomados de las manos, pero debían tomar valor para enfrentarse al mundo de mente cerrada. Recibían varias miradas de asco y otras de admiración, porque los gustos distintos eran oprimidos por las ideologías concervistas del lugar pero aún así habían personas que se escondían en las sombras buscando una ocasión para salir a la luz. Porque Yeonjun y Beomgyu no eran la única pareja homosexual en el establecimiento, pero sí era la única que daba la cara por todas ellas.

Un chiflido se hizo presente detrás de ellos e hizo que Yeonjun se volteara con molestia, viendo al ex-ex-novio de su ex-novia mirándoles con burla. Las personas no se hicieron de rogar y varios comenzaron a murmurar por lo bajo, mas Beomgyu solo los miraba con odio por ser una manga de chismosos.

—¿Qué pasa, eh? —Yeonjun habló hacia él.

—Nada, quién diría que el príncipe de la escuela nos iba a salir fallado —el chico habló ladeando su cabeza con burla a la vez que se acercaba a la parejita. —Ni siquiera pudiste buscarte algo mejor —dijo, echándole un vistazo a Beomgyu de piez a cabeza.

Beomgyu le echó una mirada venenosa mientras Yeonjun acariciaba su mano. Si bien Beomgyu era calmado y tranquilo cuando estaba molesto era una bomba a punto de su toque de clímax.

—Déjanos en paz. Beomgyu es hermoso, o al menos más que tú y todos esos chicos con los que te has revolcado en secreto —Yeonjun sonrió de lado al ver como el contrario se tensaba al revelar su secreto enfrente toda la escuela. —Y si tanto te molesta que sea homosexual y esté saliendo con este ángel, ¿estás celoso a caso?

Varios 'uhhh' se hicieron presentes en el territorio y al chico parecía querérsele caer la cara por vergüenza. Bufó y se alejó de ahí rápidamente, dejando a Yeonjun y a Beomgyu satisfechos al estar tranquilos. Cuando se voltearon para continuar su camino varios les aplaudieron con admiración y ambos sonrieron sintiéndose seguros al fin.

Ambos se protegían el uno al otro, desde siempre.

B O Y S? | YEONGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora