𝐒𝐈𝐋𝐕𝐄𝐑 𝐓𝐎𝐍𝐆𝐔𝐄𝐒 ✦ ( giay x barco )

01 ❝ 𝗰𝗼𝗺𝗳𝗼𝗿𝘁 ❞

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valentín se encontraba solo en el vestuario, el entrenamiento ya había terminado y todos sus compañeros se habían ido, pero el seguía ahí, con lágrimas saliendo de sus ya hinchados ojos y sus mejillas empapadas por las mismas. su llanto parecía aumentar cada vez más y le era imposible contener los sollozos que escapaban de sus labios.

los últimos días se había sentido como un total estorbo para sus compañeros de selección, sentía que su presencia en la cancha no era necesaria, se sentía inútil. tal vez estaba exagerado, pero durante el entrenamiento de los últimos días, apenas y podía consentrarse, y fueron pocas las veces que alcanzó el balón, y aunque realmente no era la gran cosa, para él se sentía como el fin del mundo.

estaba tan sumido en sus pensamientos, que no escuchó los pasos que se acercaban al lugar, dándose cuenta de la presencia de la otra persona cuando una voz muy conocida llegó a sus oídos.

- ¿valen?¿que hacés acá?- la voz de agustín fue la que lo hizo levantar la mirada, pero la desvío rápidamente cuando sus ojos se encontraron con los avellana del capitán, pasando su antebrazo por sus ojos en un intento de borrar los rastros de lágrimas.

- nada, recién voy saliendo, ¿vos? creí que ya te habías ido- dijo mientras intentaba sonar normal, no quería que giay notara su deplorable estado.

- me olvidé de unas cosas pero...- las palabras de agustín quedaron en el aire cuando su mirada volvió a valentín, que veía el piso como si fuera lo más interesante del mundo.- ¿qué tiene el piso que lo ves así?

agustín soltó una risa mientras buscaba sus cosas en la taquilla que estaba justo enfrente de barco. - nada, solo estaba pensando

- ¿y que pensabas?

- no importa en realidad

- bue, si te hizo llorar, claro que importa

y giay de nuevo río al ver la cara de espanto que puso valentín. - te ví, valen.

- que vergüenza - susurró valentín mientras tapaba su rostro con sus manos, las risas bajitas de giay aún estaban presentes.- no te rías, gil

agustín se acercó a él con una sonrisa.- dale, perdóname- llevó sus manos a las del menor, quitandolas del rostro del colorado y acariciando sus mejillas con la intención de quitar las lágrimas que parecian no querer detenerse.

si había algo que agustín podía hacer sin problema, era notar cuando uno de sus compañeros no se sentía muy bien. él sabía cómo era cada uno, como se comportaban y como reaccionaban a ciertas situaciones, nada se le escapaba.

tal vez por eso noto rápidamente que ese día valentín no se encontraba del todo bien, se veía decaído, triste.

aunque el menor era bueno ocultandolo, agustín sabía que algo le pasaba y a pesar de que valentín tenía la misma expresión seria de siempre, había algo que la hacía lucir diferente.

y ahora podía notar que no estaba equivocado.

- ¿me querés decir que te pasa?

barco se quedo pensando unos segundos, no estaba muy seguro de contarle al capitán por que estaba así, tal vez agustín pensaría que era algo estúpido y se burlaría de él, definitivamente no quería que eso pasara.

- esta bien si no me querés decir, no te preocupes- murmuro giay, dejando sus cosas en la banca en la que estaba valentín, aún parado frente a él.- ¿puedo darte un abrazo?

podia sentir la mirada de agustín fija en él, sus bonitos ojos atentos en él, esperando su respuesta.

solto una pequeña risa mientras asentía para después sentir los brazos de giay rodear su cuello, quedando ambos en una posición algo incómoda, pero a ninguno parecio importarle.

las lágrimas de valentín se habian detenido y ahora solo quedaban los rastros en sus mejillas, que empezaron a ser acariciandas suavemente por el castaño. las manos de agustín eran muy suaves y barco no pudo evitar inclinarse ante el tacto tan delicado que le brindaba.

y de un momento a otro, tomo las caderas del castaño que aún estaba de pie frente a él y lo llevó hacia su regazo. el mayor solto un pequeño grito de sorpresa, pero se tranquilizó rápidamente y de nuevo rodeó el cuello del menor.

pasaron minutos en silencio, simplemente con valentín escondiendo su rostro en el cuello del chico en su regazo y agustín acariciando con suavidad el cabello del colorado, escuchando su respiración aún entrecortada por el llanto y sintiendo sus manos dejar leves caricias en su espalda, llenandolo de un sentimiento cálido que lo hizo sonreír.
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c. 758