Jacarandá

1 1 0
                                    

Cuarenta y seis años atrás.

- Taehyung - Escucho que llaman mi nombre, no abro los ojos, pero si tomo a la persona del brazo para jalarla hacia mí. Su grito de sorpresa hace brincar mi corazón, pero es la risa que suelta la que logra acelerarme el pulso.

- Arelia - Abro mis ojos y murmuro en respuesta su nombre, su sonrisa es contagiosa y pronto me encuentro sonriéndole de regreso - ¿Cómo estás?

Ella piensa su respuesta mientras me observa como diciendo "Ya lo sé todo", sus ojos cafés se sienten cálidos cuando lo hace y su sonrisa no se borra, parece buen augurio que alguien sonría tanto. La observo y cierra sus ojos un segundo.

- Estoy bien - Responde y esconde su cabeza en el hueco de mi cuello, deja un beso ahí y se aleja aún con los ojos cerrados.

- Abre tus ojos - Pido - Quiero verlos.

Y cuando los abre parecen ser dos grandes soles, son brillantes, más brillantes que las estrellas y más cálidos que el sol. Apuesto que alguien los pintó a mano, no puede ser posible que la genética haya hecho ojos tan lindos, y aquí están, mirándome como si supieran algo que yo no sé, tan atrevidos, vivaces y audaces.

- Debo irme - Murmura despacio y deja un pico en mis labios, es tan rápido que apenas alcanzó a sentirlo cuando ya se está levantando de mi cuerpo.

Me levanto de la cama después de ella y la sigo por el pasillo, está usando la misma ropa del día anterior y, a pesar de que el vestido está arrugado, sigue viéndose guapísima. Toma su bolso del perchero junto a su celular y gira para quedar frente a frente mío, por un segundo no dice nada así que me acerco a ella y la tomo por la cintura.

- Quiero volver a verte - Admito. La noche anterior había sido exquisita, bailamos, reímos, charlamos, parecía que nos conocíamos de tiempo atrás, pero en realidad era la primera vez que nos veíamos. No importa si esto se queda solo en besos de una noche, porque ni siquiera pasamos de los besos, pero quiero ser su amigo, y es que su entusiasmo, su amabilidad, su humor, todo en ella me condujo a querer verla de nuevo - ¿Qué debo hacer? - Argelia niega con la cabeza con una sonrisa y deja un beso en mis labios una vez más.

- Me gustan mucho las flores de nube - Dice sin dejar de sonreír - Y el té de durazno con hielos, no me gusta solo frío, me gusta con hielos - Agrega y se separa de mi - Nos vemos luego - Se despide y deja un beso en mi mejilla. La observo cruzar la puerta sin dar un vistazo atrás, camina segura de sí misma, y estoy consciente de que está segura de que nos volveremos a ver. Niego con la cabeza en una risa y regreso a la habitación a seguir durmiendo una hora más antes de ir a la empresa.

Pero es casi inútil porque una vez que regreso a mi habitación me entra por la nariz el olor de su perfume a durazno, es dulce y me embriaga, me gusta. Me recuesto en la cama para dormir unas cuantas horas, pero no puedo conciliar el sueño, muy probablemente sea el olor dulce que inunda mi habitación que me lleva a repasar todos los hechos ocurridos las últimas horas con Argelia.

Y por más que lo intento no puedo llevar lejos la imagen de ella sentada en el sofá con las piernas cruzadas al mismo tiempo que ríe echada hacia atrás después de haberle dicho que de pequeño inventaba historias sin sentido en las cuales fingía estar herido para que las niñeras me dieran dulces. Ni la imagen de sus ojos luchando por no cerrarse cuando el sueño nos acechaba, murmuraba cosas sin sentido y bajísimas, pero no dejaba de verse hermosa, y tampoco dejo de ser la persona más linda que he visto cuando cayó dormida y se acurrucó con una almohada entre sus piernas.

Quisiera tomar la almohada que Argelia tomo la noche anterior, abrazarla y perderme en mis sueños, pero apenas estoy conciliando el sueño cuando escucho el teléfono timbrar, aunque estoy tentando a no responder, termino respondiendo porque es Hoseok, y porque son las nueve de la mañana así que debe ser una razón para que me llame tan temprano después de una noche en el bar. Así que descuelgo la llamada y escucho que suspira aliviado, rio un poco, pero me arrepiento casi un segundo después de hacerlo porque dice "Y todavía te ríes" con un tono de madre enojada exigiéndome que me presente en la oficina presidencial en treinta minutos, ni un minuto más y ni un minuto menos.

- Veintinueve minutos – Menciona Hoseok viendo el reloj y niega con la cabeza como si estuviera molesto – Dije ni un minuto más y ni un minuto menos – Agrega y me mira como una madre que atrapa a sus hijos haciendo travesuras.

- Cállate – Digo y tomo el café que le pedí cuando conducía a la oficina, doy un sorbo y lo miro sonriendo - ¿Qué hacemos aquí?

- ¡Te vas a morir! – Responde emocionado.

- ¿¡Que!?

- No ¡Déjame terminar! – Hoseok ríe y me mira – Mi padre consiguió una junta con el CEO de Poisot – Dice y eleva sus ojos sugerentemente.

Sé lo que piensa. Poisot es, por mucho, una de las mejores agencias de publicidad en Europa y América, los rumores dicen que es de lo más sencillo trabajar con ellos. Sus trabajos más recientes han dado mucho de qué hablar en el mundo de la moda así que es obvia la sorpresa y emoción de Hoseok al saber que tendremos una junta con el CEO. Ciertamente puedo compartir su emoción, anteriormente habíamos intentado contacto con ellos para conseguir una colaboración, pero ni los agentes, ni los modelos, nadie nos daba una junta que incluso habíamos perdido las esperanzas de un trabajo en conjunto, es una fortuna que el señor Jung haya conseguido una reunión, parece ser un buen augurio.

- Al parecer se encontraron en un partido de béisbol en América. Y ya sabes cómo es mi padre – Agrega – Lo invitó a beber la celebración de los Red Sox – Mis cejas se elevan en cuestión y rio – Lo sé. Al parecer es capaz de traicionar a los Dodgers por un contrato – Ambos reímos y hacemos un poco de bromas al respecto pues los Dodgers ha sido el equipo de la familia Jung desde siempre, es irreal saber que el señor Jung celebró la victoria del equipo contrario.

Estamos en eso cuando Rita, la secretaría de la presidencia, se une a nosotros y nos informa que nuestra presencia es requerida en la sala de juntas, así que, después de agradecer, caminamos hacia la sala de juntas.

- Oye, Hobi – Llamo a mi amigo antes de entrar por completo a la habitación – Ash y yo saldremos a buscar flores de nubes después de la junta ¿Nos acompañas?

- ¿Flores de nube?

Escucho la pregunta de Hoseok, pero no soy capaz de responderle, un olor dulce a durazno inunda mi mente, y lo habría dejado pasar si no hubiera escuchado su voz o su risa que parecía haberse instalado en mi mente, incluso si mis ojos no hubieran chocado con sus ojos cafés. Pero hice todas en cuestión de segundos, así que, como un hombre embrujado, camino directamente hacia ella que al inicio me mira sorprendida y después me sonríe enorme. Da un paso hacia mí y dice:

- Así que era en serio cuando decías que me querías volver a ver – No encuentro nada que decir más que sonreír, tomo su mano entre las mías para besarla.


Jacarandá - Los santos

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 01, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

That's why my soul misses you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora