Capitulo 8 Moral dañada

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Rio por lo bajo y se alejó de mi para luego darme un par de tenis de los cuales uno era de color rojo y otro azul

Está bien pero no te llevaré totalmente de negro, es decir, ¡Chica es 2 de noviembre vamos a arreglarte! –

Lucía bastante alegre así que acepte su regalo, de igual modo no existía manera para dejarla, abandonarla o desobedecerla si deseaba mantener a los míos a salvó

Empezó a sacar múltiples cosas entre ellas maquillaje y un vestido

-Hoy es día de muertos así que debes ponerte bonita, por primera vez estarás cerca de tu madre –

Sentía que algo no estaba del todo bien, aunque quizá era simplemente paranoia por los sucesos pasados – pero tú y yo sabemos que está muerta –

Me dio un vestido con colores azul y rojo que se cambiaban de posición varias veces con una bolsa de esos mismos tonos y un corazón cosido en ella junto a un par de medias rojas

Cámbiate debemos ir pronto a su altar –

Sonreí al verla salir y me coloque aquel atuendo – supongo que a mi madre le hubiera gustado verme feliz al menos un día – murmure antes de tratar de convencerme de solo por ese día ser alguien alegre e ignorar el dolor – ama estoy lista -

Entro y tomo los maquillajes

-Ven aquí voy a terminar de arreglarte –

La obedecí y comenzó a pintarme

Sin duda luces hermosa con esto –

Menciono bastante animada mientras alejaba las brochas de mi

Ahora que estás lista vamos al helicóptero para que nos lleven al altar especial de tu madre, adoraras todo allí –

Me jalo del brazo y fuimos a aquel sitio, sin embargo, al llegar y ver la foto en aquel bello y colorido altar me fue imposible reconocer a la persona en ella – este no puede ser el altar de mi madre, no conozco a esta persona – me aleje lentamente del sitio y luego corrí hasta un árbol bajo el cual me escondí a llorar de rabia por dejarme enredar en sus bellas mentiras

Un joven se acercó a mí, parecía ser alguien dulce y tenuemente ingenuo

-Señorita, ¿Qué le sucedió?, por favor responda –

Era casi igual que mi hermano de no ser por ese mechón blanco, los mismos ojos vivaces y llenos de esperanza, ese brillo propio de un corazón aguerrido y valiente, acompañado con rasgos delicados y un semblante si bien serio al mismo tiempo compasivo

En ese momento llego María, los problemas estaban por estallar

Ella está bien solo se encuentra un poco conmocionada por venir al altar de su madre después de un largo tiempo –

Sentí como hubo un cruce de miradas amenazantes entre ellos, igual que una serpiente y un león listos para luchar

Lo dice alguien que tiene toda la pinta de ser la causante del dolor de esta chica, ¿Cómo puedo creerte? –

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